Más de lo mismo en materia de infraestructura o resolución conflictos no resolverá la sequía en Bolivia ni las crisis del siglo XXI

Monday, 28 November, 2016 - 14:38

En lo que se visualiza será el año más caluroso de la historia, los efectos del cambio climático dan una muestra de lo que se espera si no seguimos los pasos planteados por 48 países la semana pasada las negociaciones del clima para detener el aumento de la temperatura global a 1,5ºC sobre la era preindustrial. La emergencia nacional por extrema sequía en Bolivia, agudizada por el fenómeno de El Niño, ha desencadenado impactos en materia de gobernanza institucional, a nivel social, ambiental e incluso afectado los pronósticos económicos del país. Lo cierto es que con 1ºC más de temperatura en la atmósfera las precipitaciones son más erráticas y los glaciares, fuente indispensable de agua en Bolivia, han disminuido entre un 30% y un 40% desde los años 70s y que, junto a la deforestación y tala de bosques, para la expansión de cultivos o la extracción y búsqueda de hidrocarburos, han afectado el ciclo hidrológico y encrudecido la situación. Para el gobierno de Bolivia habrá que llenar de represas todo el país a pesar de la oposición de comunidades indígenas marginadas del proceso de decisión sobre sus territorios y la elevada incertidumbre sobre la viabilidad de las represas y el riesgo de que se conviertan en dejarán activos varados en condiciones de incremento de intensidad y frecuencia de sequías.

Mensajes Claves
  • El efecto dominó del cambio climático es claro y plantea la necesidad de desarrollar estrategias transectoriales para atender sus impactos y efectos. Los tres principales embalses que suministran agua a La Paz, capital de Bolivia, están casi secos a causa de la sequía más dura en los últimos 25 años. Agudizada por el cambio climático, la sequía, además de afectar el suministro de 8 de 9 departamentos del país y 94 barrios de La Paz, ha dejado a niños sin ir a la escuela, causado pérdidas de cultivos y muerte de ganados, ha afectado negativamente los pronósticos de crecimiento económico, generado movilizaciones masivas y cambios en la administración del Estado. La imagen es clara, sea cual sea la consecuencia del cambio climático sus impactos serán palpables en materia económica, social e institucional.
  • Mitigar los impactos del cambio climático en América Latina significa la protección de ecosistemas estratégicos y sus funciones. La semana pasada los gobiernos reunidos en Marrakech, empezaron a dibujar el esquema global para la descarbonización colectiva y la protección de los ecosistemas. La pérdida de los glaciares en Bolivia, la disminución de la cubierta boscosa en Brasil, o la afectación de páramos o los ecosistemas de altura en Colombia, no solo significa la afectación de los medios de vida y cultura de comunidades y pueblos que dependen directamente de los servicios que estos proveen, sino también impactos en la calidad y suministros de recursos básicos en ciudades. Así, la creación de represas en las selvas del norte de Bolivia podría ser una solución miope a un problema mayor en un ecosistema que, además, tiene un rol clave en el proceso de regeneración de lluvias.
  • Más de lo mismo en materia de infraestructura o conflictos no resolverá las crisis ni dilemas del siglo XXI. Frente los cambios en los patrones de precipitación asociados al cambio climático “hay que estar preparados para lo peor” y “planificar grandes inversiones”según Evo Morales, cuya visión no es compartida por muchos cuando las medidas significan grandes inundaciones y la afectación del medioambiente y la posibilidad de desarrollo de otras actividades productivas, como el ecoturismo.  Así, frente a los desafíos del siglo XXI ya no es posible actuar por inercia o costumbres del siglo pasado ni omitir el riesgo que significa la hidroelectricidad frente a fenómenos meteorológicos extremos cada vez más frecuentes, como sequías prolongadas, y la  legítima oposición social contra nuevos proyectos, más aún cuando desarrollo de tecnología solar y eólica a escala local es factible, segura y cada vez más económica.
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Citas relevantes

  • “Esto es producto del cambio climático… es como un terremoto; no estaba en las previsiones, pero nuestra tarea ahora es abastecer de agua (con camiones cisternas)”.- Evo Morales, presidente de Bolivia.
  • Estamos en emergencia, tenemos cinco plantas en toda Bolivia y el problema de la sequía afecta ya a varios departamentos, y estamos preocupados por la posibilidad de tener que parar nuestra producción en algunas plantas”.- Ibo Blazicevic, gerente de la Cervecería Boliviana Nacional
  • “El problema no se va a resolver rápidamente porque es muy probable que tengamos otro año seco. Entonces hay que establecer una ruta de acciones de corto plazo, otra de mediano plazo y en un término que yo creo que va a ser mayor a un año vamos a poder salir de una situación crítica”.- Marcel Claure, nuevo gerente de la Empresa Pública Social de Agua y Saneamiento en Bolivia
  • “Además del cambio climático y la variabilidad de temperaturas hay otros factores externos como el fenómeno de El Niño”.- Óscar Campanini, experto en recursos naturales del Centro de Documentación e Información Bolivia (CEDIB)
  • “Queremos decir a Bolivia, el Gobierno va a construir decenas y centenares de represas para garantizar agua para los bolivianos y toda esa gente opositora, gente extranjera que nos dice que no debemos hacer represas, no les vamos hacer caso” .- Álvaro García Linera, vicepresidente de Bolivia
  • “Lo que no me parece justo es mezclar dos problemáticas muy distintas. Una cosa son las megarrepresas en sitios tropicales y otra distinta las microrrepresas para captación de agua”. – Alex Villca, dirigente indígena

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