Premio ambiental que compromete

El texto que reproducimos a continuación fue escrito y difundido antes que se anunciara el reinicio de los negocios asociados a la explotación petrolera en el Caribe costarricense. Por sobre todo llama la atención acerca de lo que esta sucediendo actualmente con el compromiso de los gobiernos a preservar el medio ambiente:

La información de que la Academia Kronos, organización defensora del ambiente, le ha reiterado a Costa Rica (ahora en la persona de su Ministro del Ambiente) el Premio un Bosque para Kioto - otorgado a los países que, según las universidades estadounidenses Yale y Columbia, tienen las mejores notas ambientales - nos compromete como país y como individuos.

Dentro de los requisitos que toma en cuenta este poco conocido pero bien intencionado grupo, están el que el país tiene que tener al menos un 20% del territorio como AREAS DE CONSERVACION, evidenciar una genuina preocupación por la BIODIVERSIDAD y preocuparse por mantener la buena calidad del AGUA y del AIRE. Sobre estos últimos nos imaginamos que la organización italiana también reconoce las iniciativas tendientes a resolver los problemas ambientales añejos que aquejan al país y que, a partir de declaraciones oficiales ahora merecen la atención gubernamental.

Cuando en junio del 2006 le fuere entregado el mismo premio a Costa Rica, representado por el recién inaugurado presidente Oscar Arias, la agencia Efe informó que "Otros requisitos para entregar el premio son los de tener una POLÍTICA ENERGÉTICA que se sostenga sobre combustibles de mínimo impacto ambiental…", tomando en cuenta obviamente el desarrollo de la energía hidroeléctrica gracias a las políticas del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) que, a diferencia de otras naciones, le ha permitido a Costa Rica atender la mayor parte de la demanda sin tener que acudir a fuentes contaminantes.

Asimismo, se indicó entonces que en relación con la agricultura, se requería de una política "agrícola que limite o prohíba los cultivos y el consumo de alimentos modificados genéticamente", en consideración a las manifestaciones del anterior presidente Abel Pacheco oponiéndose al comercio de alimentos TRANSGÉNICOS en Costa Rica.

Otros compromisos, como el de proteger al menos cuatro áreas costeras como hábitat de anidación de tortugas marinas y la definición de áreas forestales para los programas de fijación de carbono, son más viables de mantener en virtud de políticas nacionales reconocidas.

Estamos pues ante un nuevo premio ambiental que nos compromete a Costa Rica como nación y que habremos de HONRAR con acciones consecuentes. Bosques, aire, agua, agricultura, biodiversidad, energía, constituyen recursos y áreas en las que son reconocidas las AMENAZAS que atentan contra ellos. Para seguir avanzando dentro de un contexto de desarrollo que considera como imprescindible la sostenibilidad de los recursos naturales, el premio reciente habrá de tomarse como elemento motivador y no como culminación. Falta mucho camino por recorrer; el premio es un puente más en ese camino.