Áreas Protegidas, Corredores de Dispersión y Páramos (Venezuela)
En Venezuela la Cordillera de Los Andes se parte en dos brazos principales: la Sierra de Perija y la Cordillera de Mérida. Los Andes venezolanos tienen una gran amplitud climática y altitudinal (hasta 5.000 metros de altitud), que generan cuando menos 10 zonas de vida diferentes, con un complejo mosaico de vegetación, donde existe un relativo continuo de bosques húmedos y subhúmedos a lo largo de las laderas externas de la cordillera. A lo largo de la espina dorsal de la misma, existen islas de páramo naturales (no necesariamente fragmentadas por efecto de la intervención antrópica) con relativa poca intervención humana. Dentro de los valles interiores existen bolsones semi-áridos de vegetación xerofítica. Esta situación ecológica provee a los Andes venezolanos con una alta diversidad biológica en una superficie relativamente pequeña. Su relieve abrupto y la permanencia de una masa boscosa de importancia, con poca fragmentación relativa, hace de ella una región excelente para la aplicación del concepto de corredores de dispersión (también llamados ecológicos o de habitats) para el establecimiento de un sistema interconectado de áreas silvestres protegidas. El documento fue presentado como parte de la Conferencia Electrónica “Estrategias para la Conservación y Desarrollo Sostenible de Páramos y Punas en la Ecorregión Andina: Experiencias y Perspectivas” organizada por el Foro de Montañas, en el año 1997.