Artículo "Ciencia, Tecnología e Innovación y la Reforma Tributaria 2006"

Martes, 19 Septiembre, 2006 - 00:00

El sector de la Ciencia, Tecnología e Investigación en Colombia es uno de los que con el tiempo ha ocupado un lugar importante en cuanto a inversión, sin asegurar que los recursos invertidos sean suficientes para la demanda que se genera, sin embargo, en la reforma tributaria que plantea el gobierno estos logros sufren un retroceso.

Compartimos con ustedes la editorial del diario El Universal (Cartagena de Indias) en el cual Javier Marrugo Cano, Miembro del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, Director Centro de Investigaciones Universidad de Cartagena hace un llamado de atención a la revisión de esta reforma por parte del gobierno, la cual retiraría los auxilios generados por las deducciones hechas al impuesto de renta de los empresarios, truncando planes como Visión Colombia Segundo Centenario, que tiene por objetivos mejorar el tema en cuanto a nivel educativo, infraestructura y desarrollo de proyectos claves para Colombia (El Universal-Editorial, Septiembre 11 de 2006).








Ciencia, Tecnología e Innovación y la Reforma Tributaria 2006

Por : Javier Marrugo Cano,
Miembro del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología. Director Centro de Investigaciones Universidad de Cartagena

Fecha : Lunes, 11 de septiembre de 2006




Colombia es uno de los países de América Latina con la más baja inversión en Ciencia, Tecnología e Innovación (CT&I) (0.29% del PIB). Ocupa el lugar 66 entre 104 países analizados anualmente por el foro económico mundial en el índice de competitividad tecnológica y solo dispone de 101 investigadores por millón de habitantes, en contraste con países como Japón, que posee 5.096 o Brasil, con 323.



La inversión en CT&I, en gran medida corre por cuenta del Estado, que de una manera muy tímida financia estas actividades, principalmente a través de Colciencias, ente que se nutre en gran medida de recursos Sena (Ley 344) y del fondo de Salud, que resulta de un porcentaje del impuesto a los juegos de azar, licor y tabaco. Colciencias no dispone de un fondo estable para el financiamiento de la CT&I, lo que hace al sistema vulnerable. Con el fin de estimular al sector productivo a invertir en actividades de CT&I, la Ley 29 de 1990( Ley de Ciencia y Tecnología) y el Decreto Ley 633 del 2000, crearon incentivos tributarios que permiten a los empresarios hacer deducciones hasta del 125% del impuesto a la renta, de lo invertido en proyectos de investigación e innovación tecnológica que fueran avalados por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología. Con esto se logró que los empresarios incrementaran la inversión en este tipo de actividades, hasta llegar al 30% del total de la inversión en nuestro país. Cifra importante, pero no satisfactoria, sí se tiene en cuenta que en algunos países industrializados estas pueden llegar hasta el 70% del total de la inversión.


El Gobierno ha vendido la idea de un país diferente para el 2019. En esa visión se plantea que la Ciencia, la Tecnología y la Innovación son elementos importantes para ser competitivos en una sociedad a la que hemos denominado del conocimiento. De igual manera, se plantea, que en el mejor de los escenarios estaremos invirtiendo en esa área el 1.5% del PIB, con el Estado invirtiendo el 50% y el sector productivo otro tanto.


Al parecer, los miembros del equipo económico del Gobierno que elaboraron la reforma tributaria 2006 no leyeron el documento Visión Colombia Segundo Centenario, porque de un solo tajo están proponiendo eliminar todas las exenciones tributarias, incluyendo las otorgadas por inversión en CT&I, y como para rematar la estocada, le agregaron un IVA del 10% a todos los elementos y equipos que importen los institutos de investigación, las Universidades e instituciones dedicadas a la CT&I (Articulo 77 del proyecto de reforma tributaria-2006). Deseo resaltar que este IVA es el mismo que se le aplica a la Cerveza, quedando la actividad de la CT&I al mismo nivel que un vicio.


La política de incentivos tributarios a la inversión en CT&I, se aplica en muchos países que han sido exitosos y que hoy día disfrutan de un gran bienestar gracias, precisamente, a las grandes inversiones que destinan las empresas y el estado. Por lo tanto, se avecinan tiempos muy malos para la CT&I en nuestro país. Espero que impere la sensatez y que el Congreso de la Republica no permita que de un plumazo se acabe una política que el mismo Fedesarrollo ha dicho que de alguna manera impacta positivamente el PIB de nuestro país. De otra parte hago un llamado a las Universidades, los investigadores y en especial al sector empresarial para que hagamos un frente común con el fin de hacer presión en el Congreso de la República de tal manera que no pasen los mencionados artículos de la reforma tributaria.

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