Biohuerto en Ancón ayuda a pobladores a salir de la pobreza

Lunes, 13 Agosto, 2012 - 08:49

La organización Soluciones Prácticas y la ONG Ayne Perú han llevado a cabo un proyecto de biohuerto en la comunidad de El Milagro, en el distrito limeñoi de Ancón. Esta iniciativa ha permitido a su población obtener un modo de vida digno y seguridad alimentaria mediante el cultivo de plantas en donde antes se erigía un basural.

 

La comunidad El Milagro, en el distrito de Ancón, al norte de Lima, es una de las tantas zonas del Perú que alberga a gente muy pobre. Se encuentra al borde de la carretera Panamericana Norte, y sus casas están ubicadas en medio de pistas incompletas y veredas poco asfaltadas, destacando entre el polvo y la tierra húmeda. Un paradero escondido para los ómnibus que llegan de todas partes, algunos mototaxis y difíciles indicaciones para arribar en auto son el preámbulo a la informalidad y el desorden que reinan en la zona. Pero todo aquello se corta con la presencia de la oficina de la ONG Ayne Perú, dedicada desde hace 12 años a promover el desarrollo en los distritos de Ancón y Puente Piedra.  

 

Ayne Perú (cuyo nombre obedece a una connotación quechua que significa “hoy por ti, mañana por mí”) es una congregación religiosa con origen en España. Es liderada por la Madre Flora, quien nos recibe en su local una tarde de julio. Hemos llegado a ella por Flor del Carmen Cabanillas, su asistente y compañera, quien se contactó con Soluciones Prácticas para pedir información en nuestro Servicio de Consultas Técnicas. La Madre Flora nos cuenta que, como parte de uno de los pilares de su organización, “la promoción social para el desarrollo humano”, vieron como una magnífica oportunidad la instalación de un biohuerto, motivo que los llevó a Giannina Solari, administradora del Servicio de Consultas Técnicas. “Pedimos información sobre tecnología aplicada a sistemas de cultivo en pequeña escala”, nos dice la Madre Flora, antes de llevarnos a conocer el biohuerto.

 

Desarrollo ambiental

 

El biohuerto está instalado en un espacio que antes fue un basural. “Es una clara muestra de que con esfuerzo, podemos hacer cosas en favor del medioambiente en cualquier lugar”, afirma la Madre Flora. La gente de la comunidad El Milagro está acostumbrada a arrojar su basura en una zona muy cercana a muchas viviendas, sin una noción verdadera del daño que pueden ocasionar. El biohuerto es un oasis en medio de un muladar. Si bien es cierto está construido en reemplazo de un basural, este no se ha extinguido del todo. Rodeando las hortalizas, verduras, plantas ornamentales y plantas medicinales que crecen en el biohuerto, sigue habiendo basura. “Parte de las acciones de este proyecto es acabar con el basural y formar un parque en donde los niños puedan jugar”. 

 

Es que los niños y los jóvenes son parte fundamental del proyecto del biohuerto. Con ellos se viene trabajando en un proceso de educación ambiental que ha incluido su participación en distintas actividades. Ayudaron a limpiar el basural y se les ha ido sensibilizando en temas de protección del medioambiente. Además, empujados por la satisfacción de formar parte del proyecto, participaron en un concurso organizado por el Ministerio del Medioambiente, en el que quedaron segundos. Ellos postularon, con una propuesta en Power Point y con la elaboración de una maqueta, la creación de un parque ecológico.

 

La Madre Flora nos cuenta que la idea de seguirle ganando terreno al basural nació de los niños y jóvenes. “Son 48 jóvenes entre 12 y 20 años”, nos dice, y agrega que “ahora quieren hacer un parque al que van a bautizar como Milagrito”. Quieren ganar cada vez más terreno. Para ello están pidiendo ayuda al Ministerio, pero no reciben respuestas esperanzadoras. El biohuerto fue financiado por una entidad española que donó algo más de 3 mil Euros, pero “ese monto no ha sido suficiente”, nos dice la Madre Flora. 

 

Desarrollo económico y social

 

El segundo grupo de beneficiarios del proyecto del biohuerto son las mujeres. Muchas de ellas amas de casa o trabajadoras del hogar. “Con ellas lo que hemos trabajado es el tema de seguridad alimentaria, salud, derechos y cultura de paz”, cuenta la madre Flora. En El Milagro, como en muchísimas zonas del Perú, existen temas como la violencia de género o el machismo, que dejan a las mujeres en un estado de desigualdad que, entre otras cosas, las condena a depender mucho de sus parejas, sobre todo económicamente.

 

El biohuerto ha fungido como una motivación para las mujeres. Se le ha dado a la actividad de sembrar un aspecto de emprendimiento. Según nos relata la Madre Flora, “ellas han colaborado en la economía de su hogar, pues han podido sembrar sus propios alimentos. Además, los han comercializado, y han obtenido ganancias, ingresos económicos por la venta de sus productos”. La idea es seguir trabajando en ello. De esta manera se cumple con muchos objetivos, pues ahora las familias se alimentan con productos sanos, y no tienen que gastar más de la cuenta para conseguirlos; y, además, 

las mujeres tienen un impulso motivacional que las lleva a ejercer sus derechos en pos de una cultura de paz. 

 

La Madre Flora y todas las personas que colaboran con ella en Ayne Perú desean seguir por el mismo camino. Ir poco a poco repotenciando su biohuerto, que desde ya beneficia a 411 familias. Pero el esfuerzo y el cariño que le ponen a la actividad no son suficientes. Necesitan un apoyo económico que les permita costear el mantenimiento del lugar y mejorarlo. Lo único que sabemos es que han dado un gran paso desde que decidieron realizar una consulta a Soluciones Prácticas y transformaron lo que era un basural en un espacio recreacional, de emprendimiento y de conciencia ambiental.

 

 

Por: Gabriel Reaño

Fuente: http://www.solucionespracticas.org.pe/historias/historia-Milagrosobiohuerto.pdf

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