De Marrakech para el mundo: ¿Qué trae la “COP de la acción”?

Miércoles, 9 Noviembre, 2016 - 09:00

Diez temas claves a observar durante la COP22 en relación a los bosques y el uso del suelo.

Durante la COP 21 el año pasado en París, 195 países alcanzaron un acuerdo histórico, el primer acuerdo climático, global y vinculante del mundo. Sin embargo, aunque cada país se comprometió con una meta de reducción de emisiones, en conjunto, hasta ahora, estas continúan siendo inadecuadas, lo que potencialmente pone al mundo en un camino peligroso hacia el calentamiento global en 3 grados Celsius.

Hasta ahora 103 países han ratificado el Acuerdo de París, el cual entró en rigor el 4 de noviembre. Y tan solo tres días después, se dio inicio a la vigesimosegunda sesión de la Conferencia de las Partes (COP 22) en Marrakech, Marruecos el pasado 7 de noviembre.

Ahora entonces es tiempo de remangarnos todos y ponernos a trabajar en la implementación del Acuerdo.

Los diez temas claves a observar durante la COP 22

  1. El sector de la tierra y el objetivo de los 1,5 grados

El sector de la tierra jugará un papel muy importante en limitar el incremento de la temperatura mundial promedio muy por debajo de los 2°C o 1,5°C, como se acordó en el Acuerdo de París Este sector es el segundo en contribuir al cambio climático de acuerdo con el IPCC.

La restauración de ecosistemas degradados y la reforestación pueden contribuir grandemente y es importante priorizar el énfasis en este asunto que está al alcance, en lugar de depender en exceso de soluciones técnicas que no han sido probadas. Sin embargo, en las primeras prioridades deben figurar la eliminación de los subsidios a los combustibles fósiles y la eliminación gradual de los combustibles fósiles por lo menos a mediados de siglo. Un punto clave para los negociadores de la COP 22 será explorar la forma en que los países desarrollados alcanzarán esto y la forma de brindar apoyo financiero a los países menos desarrollados, particularmente en relación con el desarrollo de la Hoja de Ruta de los 100 mil millones.

El informe especial que prepara el IPCC sobre los 1,5°C debe reportar el estado de las negociaciones y brindar nuevos lineamientos en los años venideros. Esto será crucial para el papel del sector de la tierra y los bosques de forma que constituya una parte importante de este trabajo.

  1. REDD+

La intención del mecanismo REDD+ es recompensar a los países en desarrollo por sus esfuerzos verificados en reducir las emisiones y mejorar la eliminación de gases tipo invernadero mediante una variedad de opciones de gestión forestal. El Fondo Verde para el Clima (GCF por su sigla en inglés), que apoya a los países en desarrollo para reducir la emisión de gases tipo invernadero (GI) y adaptarse al cambio climático, está trabajando para terminar de desarrollar sus políticas de forma que se puedan hacer pagos para REDD+ con base en resultados.

Recientemente se ha puesto en marcha un proceso y en diciembre se espera una decisión sobre el tema durante la próxima reunión de la Junta del GFC. Un tema controversial relacionado con REDD+ tiene que ver con el uso de las compensaciones del carbono forestal.

Los expertos continúan argumentando que las compensaciones forestales no reducen las emisiones provenientes de los combustibles fósiles. Este es un tema que no se ha resuelto hasta ahora en múltiples foros, incluyendo el GCF y la Organización Internacional de Aviación Civil. El permitir las compensaciones forestales retrasaría la eliminación gradual de los combustibles fósiles que tanto se necesita. Entonces podemos esperar discusiones sobre este tema en Marrakech y más adelante.

  1. Agricultura

La agricultura es responsable aproximadamente del ocho por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero. Pero la agricultura sigue siendo un tema sensible y complejo, especialmente en los países en desarrollo en donde la seguridad alimentaria constituye una preocupación mayor.

La expansión agrícola ha conllevado a la degradación ambiental y a la pérdida de bosques, especialmente en los países de la franja tropical. Los cambios climáticos ya han impactado el sector de los cultivos básicos así como el pecuario, los cuales son sostén de muchas comunidades.

Estos temas, de no ser abordados debidamente, conllevarán al incremento del hambre y la malnutrición en las poblaciones más vulnerables que habitan África, Asia y América Central. El programa de trabajo sobre agricultura establecido por la SBSTA en 2014 está listo y su próximo paso será determinado en Marrakech.

Esto puede llegar a incluir un nuevo plan de trabajo centrado en la forma de garantizar la seguridad alimentaria en un clima cambiante, así como planes de trabajo sobre un mejor conocimiento de las prácticas indígenas y tradicionales.

  1. Mejorar la transparencia

El artículo 13 del Acuerdo de París establece un marco de transparencia mejorada. Durante la COP 22 los negociadores continuarán desarrollando las formas y lineamientos para implementarla.

Ya se han recibido una cantidad de propuestas sobre este tema por parte de varios países. Es necesario analizar el enfoque de la forma de monitorear, medir, reportar y verificar.

La acción por el clima tiene que ver con algo más allá que el carbono, así como debería ser el sistema de transparencia. Será importante que se tomen en cuenta los derechos humanos, así como las consecuencias sociales y ambientales de todas las acciones en el sistema mejorado de transparencia.

Esto incluye las acciones del sector corporativo, conocido como “los actores no estatales”. Los esfuerzos para mitigar el cambio climático podrían tener fuertes consecuencias sociales y en la actualidad, además de las salvaguardas REDD+ de Cancún, no existen salvaguardas  dentro de la CMNUCC que se apliquen ampliamente ante estos posibles impactos.

  1. Compromisos corporativos y deforestación cero

Compañías como SC Johnson, Unilever y McDonald´s se han comprometido con la iniciativa de cadenas de suministro con deforestación cero. Pero ¿cómo puede alcanzarse este objetivo cuando la materia prima es obtenida por compañías en sitios remotos, que trascienden múltiples límites? ¿Qué mecanismos existen ahora para asegurar el correcto monitoreo de las actividades? ¿Cómo asegurar la transparencia y los lineamientos de reporte a emplear en todos los países?

La  Agenda de Acción Climática  de la CMNUCC y las Plataformas de Actores no Estatales han hecho importantes avances acerca de este tema. La COP 22 brinda oportunidades para observar más detenidamente y podría desarrollar lineamientos sobre cómo las acciones de las corporaciones podrían relacionarse con las Contribuciones Previstas y Determinadas a Nivel Nacional (NDC por su sigla en inglés), el Marco de Transparencia Mejorado y  el Inventario Global, así como con el creciente papel de los actores no estatales en las negociaciones sobre el clima.

  1. Ecosistemas

El artículo 5 del Acuerdo de París establece que las partes deben tomar acción para conservar y mejorar los ecosistemas naturales. Entre tanto, el preámbulo del documento señala la importancia de garantizar la integridad de todos los ecosistemas, incluyendo los océanos, y la protección de la diversidad biológica.

Con frecuencia el papel de los ecosistemas y la importancia de la diversidad biológica se subestiman o se ignora en las negociaciones de la CMNUCC. Sin embargo, las disposiciones mencionadas a lo largo del texto que requieren de la integridad del medio ambiente en las NDC (Artículo 4) y los Mecanismos de Desarrollo Sostenible (Artículo 6), deben allanar el camino para que haya más énfasis en consideraciones sobre el clima, la integridad de los ecosistemas y la diversidad biológica. Más aun, el Convenio sobre Diversidad Biológica publicó recientemente un informe importante que identifica el impacto del cambio climático sobre la biodiversidad. En él advierte que las soluciones tecnológicas de geoingeniería que se han propuesto también tienen la probabilidad de tener impactos negativos en la biodiversidad en virtud del cambio del uso del suelo, un tema serio que no debe ser ignorado.

  1. Los ecosistemas costeros y el carbono azul

Los ecosistemas marinos, en particular los manglares, son una pieza importante en el rompecabezas del cambio climático, ya que almacenan importantes cantidades de carbono “azul” proveniente de los océanos y la atmósfera. De acuerdo con la Iniciativa Carbono Azul, los hábitats costeros  contienen cerca de la mitad del carbono total secuestrado en los sedimentos oceánicos.

Indonesia, que cuenta con el carbono azul del archipiélago más grande del mundo, constituye un gran potencial para la mitigación del cambio climático, si un desarrollo económico insostenible se presenta. Pero, ¿cómo puede alcanzarse?, ¿qué incentivos financieros deben considerarse? La restauración y la protección de los ecosistemas de manglar podría jugar un papel más importante traducido en una mitigación potencial previa al año 2020, un tema que la CMNUCC y el GCF deben considerar.

  1. La puesta en funcionamiento de los derechos

El cambio climático es un tema de derechos humanos ampliamente reconocido. Por tal motivo, se han incluido todos los derechos humanos, así como los derechos de los indígenas y de género en el preámbulo del Acuerdo de París.

Las consideraciones sobre género e indígenas también se han incluido en las secciones sobre Adaptación (Artículo 7) y sobre la Creación de Capacidades (Artículo 11).

Se han realizado importantes esfuerzos para garantizar que no se dejen de lado a las mujeres al interior del Fondo Verde del Clima, el cual tiene una completa política de género y un plan de acción sobre género para ayudar a garantizar que las mujeres, en particular las mujeres de los países en desarrollo, sean incluidas. Pero desafortunadamente no se ha alcanzado el mismo avance con respecto a las políticas de derechos indígenas en el GCF. Hace falta identificar formas en que las mujeres y los indígenas sean actores con igual peso a la hora de diseñar proyectos, así como formas de brindar los recursos en la práctica para implementar dichos proyectos. Es necesario poner en marcha una agenda sobre derechos humanos más amplia. Esta tarea, aplazada hace tiempo, debe iniciarse en Marrakech.

  1. Tecnología

En la lista de prioridades para abordar el cambio climático la tecnología aparece de forma consistente, ya que aumenta tanto el acceso como la asequibilidad. Las fuentes de energía sometidas a prueba, como la energía eólica y solar, así como los sistemas satelitales y de computador que rastrean y mapean incendios, deforestación y cambios del clima, están ayudando a los países a alcanzar sus compromisos.

Pero no toda la tecnología es igual. Por ejemplo, cada vez hay más argumentos a favor y en contra en relación a las inversiones en la captura y almacenaje de carbono (CAC), y se han puesto en evidencia los riesgos asociados con la geoingeniería. Las dos tecnologías tendrán impactos importantes en el uso del suelo, la diversidad biológica, los habitantes y la seguridad alimentaria dependiendo del nivel de su despliegue.

Será necesario que las disposiciones del Acuerdo de París, las cuales establecen el Marco Tecnológico (Artículo 10), mejoren la acción tecnológica y que dichas tecnologías sean robustas a nivel social y ambiental. Es probable que el  Centro y Red de Tecnología del Clima (CTCN por su siglas en inglés) y el GCF tengan un papel más importante en este tema; y para aumentar la resiliencia y para disminuir la vulnerabilidad deberían abstenerse de invertir en tecnologías que puedan socavar el objetivo mundial de adaptación (Artículo 7).

  1. La contabilización

Por último, aunque no menos importante, se encuentra el tema de la registro o contabilización del uso de la tierra. Es imposible saber si estamos en el camino para alcanzar los objetivos del Acuerdo de París si no se tienen mediciones de los sumideros y las fuentes. Este tema es particularmente complicado cuando se considera el uso del suelo. Estas complejidades ponen a varios negociadores en desventaja. Los expertos concuerdan en que un buen sistema de contabilización debe ser transparente, preciso, verificable y eficiente. En tanto que se está trabajando para poner en funcionamiento un nuevo sistema de contabilización del uso de la tierra, será muy importante  que los países avancen hacia la contabilización exhaustiva y eliminen las ambigüedades existentes. Será importante un sistema que claramente evidencie las emisiones por parte del sector terrestre y será necesario abordar las complejidades asociadas con el comercio internacional de biomasa para asegurar su inclusión en las metodologías de contabilización de uso del suelo.

  • De la implementación a la transformación

Está claro que los participantes de la COP 22 estarán ocupados en los aspectos del “cómo”, respecto al Acuerdo de París. La palabra implementación ha resonado desde que se alcanzó el Acuerdo, pero ahora nos enfrentamos a un nuevo reto que surge del tiempo record en que se alcanzó la ratificación. Todavía hay mucho trabajo técnico por hacer para asegurar que el Acuerdo de París sea implementado de forma que realmente garantice la necesaria transición de la economía global. Esperemos que en el afán de implementar no se socave el potencial de transformación del Acuerdo y se debilite el “cuaderno de instrucciones” que se desarrolla actualmente. La COP 22 es la primera COP después de París. Hay una gran incertidumbre sobre la forma en se desarrollarán las regulaciones, especialmente con la elección presidencial en Estados Unidos que está sucediendo paralelo a esta primera semana de la COP. Algo se sabe con certeza, y es que ya tenemos la respuesta para muchas necesidades y soluciones con relación al clima. El riesgo más alto ahora para alcanzar el cambio transformador radica en las fuerzas, los intereses creados y los actores que rigen e influyen la agenda política.

  • Para más información sobre este tema, puede comunicarse con Stephen Leonard en s.leonard@cgiar.org
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Stephen, Leonard

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Stephen, Leonard

Stephen Leonard is the President of the CJP and an Australian private practitioner with a decade of expertise in litigation across a number of jurisdictions in Australia. He has been the driving force behind the organisation’s work on World Heritage since 2007 and has worked as an international environmental legal consultant to observer organisations in the UNFCCC since 2009.
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