Los Andes se derriten como paleta al Sol
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Nota enviada por el Mecanismo de Información de Páramos (MIP) y publicada por el diario El Colombiano
De Chacaltaya quedó el recuerdo para los bolivianos, mientras que la cordillera Blanca en Perú pareciera con un tubo roto por la manera como baja el chorro de las montañas. En Colombia ocho nevados son hoy imagen casi muerta en la mente de quienes los disfrutaron.
Los Andes pierden masa glaciar a pasos acelerados. No es el problema más serio en Colombia, pero sí en los países hacia el sur.
Acá se afectará el turismo, el suministro de agua no porque no depende de los nevados, en verdad pequeños, de acuerdo con Mathias Vuille, científico experto en cambio climático en el trópico, quien intervino en el 7° Diálogo Interamericano sobre la Gestión del Agua que finaliza hoy (viernes pasado) en Plaza Mayor.
Como los nevados colombianos son montañas de baja altura, el glaciar no tiene para dónde correrse y por eso su extinción se dará en las próximas décadas.
En otras regiones de Suramérica hay glaciares para 70 o más años.
De todas maneras el retroceso es sentido. La región posee el 99 por ciento de los glaciares tropicales; de estos, 71 por ciento están en Perú, en el cual son de suma importancia.
Este país perdió 27 por ciento de su masa en los últimos 30 años, afectándose 112 glaciares, de acuerdo con información suministrada en una de las exposiciones.
Pero si los glaciares no afectarán más que el turismo en las regiones colombianas donde existen, caso distinto sucede con los páramos, sometidos no solo a la presión del calentamiento global sino a la intervención nociva del hombre.
José Vicente Rodríguez, director científico de Conservación Internacional Colombia, recordó que son fuentes de agua cada vez más amenazadas.
“Se ha perdido humedad relativa en el aire, el suelo y la atmósfera”, dijo. Ello se tradujo en cambios, ya documentados, en la vegetación.
La expansión de las fronteras pecuarias y agrícola (con la papa en especial) en los páramos se están afectando. Las quemas son otro factor perturbador. “Una vegetación de páramo no se regenera en dos años”.
Rodríguez mencionó que Colombia es una estrella fluvial, con agua descargando para todos los puntos cardinales; y que depende de los páramos y de lo que suceda en estos ecosistemas frágiles.
La mayoría de los páramos del mundo, 65 por ciento, se encuentran en Colombia: son 31. Los hay también en Venezuela, Ecuador y Costa Rica.
En todas las áreas de páramo nacionales, de acuerdo con el Instituto von Humboldt, se han reportado cerca de 3.400 plantas vasculares y 1.300 de no vasculares.
"Si no se controla, sufrirán, como también la fauna asociada", recordó Rodríguez.
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