Programa Bogotá Sin Hambre

Lunes, 11 Septiembre, 2006 - 00:00

Damos a conocer el programa Bogotá Sin Hambre que es parte del Plan de Desarrollo "Bogotá Sin Indiferencia 2004-2008" de la actual administración encabezada por el Doctor Luis Eduardo Garzón.

BOGOTÁ SIN HAMBRE es el conjunto de estrategias orientadas a garantizar el derecho a la alimentación de todos los bogotanos y bogotanas mediante el diseño, implementación e institucionalización de la Política de Seguridad Alimentaria y Nutricional para Bogotá, en el marco de la Ciudad - Región, tal como lo contempla el Plan de Desarrollo 2004-2008 "Bogotá Sin Indiferencia, Un Compromiso Social Contra la Pobreza y la Exclusión" . El objetivo es el reducir la vulnerabilidad alimentaria y nutricional de la población en Bogotá, especialmente de los más pobres. Está basado en los siguientes componentes : 1) Sistema de abastecimiento de alimentos, 2) Acciones de alimentación y de nutrición y 3) Responsabilidad social.






















Bogotá Sin hambre


PLAN DE DESARROLLO 2004-2008
“Bogotá Sin Indiferencia, Por un Compromiso
Social contra la Pobreza y la Exclusión”




La actual administración de la ciudad de Bogotá encabezada por el Doctor Luis Eduardo Garzón estableció sus prioridades en el PLAN DE DESARROLLO 2004-2008 “Bogotá Sin Indiferencia, Por un Compromiso Social contra la Pobreza y la Exclusión” dentro del cual la Seguridad Alimentaría es una de las políticas prioritarias y se encuentra reflejada en el programa “Bogotá sin Hambre” .


Dada la importancia del tema no sólo a nivel de Bogotá sino a nivel internacional ya que se encuentra dentro de los “Objetivos de Desarrollo del Milenio de la ONU 2015” - que tienen entre sus metas reducir a la mitad el porcentaje de personas cuyos ingresos sean inferiores a 1 dólar por día y reducir a la mitad el porcentaje de personas que padecen hambre - se cree necesario divulgar los logros del programa, a la vez que se busca conocer experiencias similares en otras ciudades y países para establecer, en la medida de lo posible, nexos de información y cooperación con entes gubernamentales, no gubernamentales y agencias de cooperación.


Gracias por su atención,


Eduardo Díaz Uribe.


BOGOTA SIN HAMBRE COMO INSTRUMENTACION DE LA POLÍTICA DE SEGURIDAD ALIMENTARIA Y NUTRICIONAL DEL DISTRITO CAPITAL.


1. LOS DERECHOS FUNDAMENTALES Y LA FORMULACIÓN DE LA POLÍTICA


1.1. El Derecho a la Alimentación


El derecho de todas las personas a la alimentación y nutrición adecuadas, como parte del ejercicio de su autonomía, se concreta en tres dimensiones básicas:


- La disponibilidad de alimentos
- El acceso a la alimentación
- El consumo y los hábitos de vida
- Las condiciones de salud y del ambiente que permitan una alimentación y nutrición apropiadas para una vida sana.


La Política de Seguridad Alimentaria y Nutricional – SAN- propuesta por la administración distrital se inserta firmemente en el campo estructural y se aleja de las concepciones asistencialistas, sin abandonar su preocupación e interés por dar respuesta a las situaciones extremas de desnutrición y vulneración del derecho a la alimentación que enfrenta un grueso número de habitantes de la ciudad.


En efecto, la política de SAN contribuye a afectar condiciones de orden estructural que limitan tanto el acceso como la disponibilidad de alimentos. Veamos cómo:


1) Al centrar como uno de sus principios, el empoderamiento y fortalecimiento de las comunidades y de sus organizaciones, la política de seguridad alimentaria propicia el aumento de las capacidades de las personas y de sus autonomías, lo cual presenta dos contribuciones de tipo estructural ( Estrategia: Fortalecimiento de la organización y capacidades de las comunidades )


a •  Las comunidades se organizan y crecen, como expresión de la sociedad civil, contribuyendo al desarrollo de capital social.
b •  Las comunidades fortalecidas, capacitadas y organizadas están en mejores condiciones para el desarrollo de actividades productivas que tienen efecto sobre el empleo y los ingresos.
c •  El fortalecimiento de la organización y capacidad de las comunidades, abre la perspectiva de la sostenibilidad de sus iniciativas.


En esta concepción, las personas no son receptores pasivos de las acciones asistenciales del Estado, sino agentes de su propio desarrollo y cambio, para avanzar de una situación de dependencia hacia una de ejercicio pleno de su ciudadanía. Por esta, entre otras razones, la política de SAN que lidera y coordina el programa Bogotá sin Hambre, no es de corte asistencialista, sino impulsora de la exigibilidad del derecho a la alimentación y, por tanto, promotora de autonomías en las personas y en las organizaciones de la sociedad civil.


2) Al procurar la estructuración y organización del sistema de abastecimiento para la ciudad y la región, atendiendo a la ampliación del espacio de participación de distintos agentes, especialmente los más pequeños, se abren oportunidades de negocio y de aprovechamiento de actividades productivas, limitadas hasta ahora por las condiciones actuales del mercado. Esto producirá un efecto positivo sobre el empleo y los ingresos e incluso, sobre la estructura de distribución de la riqueza( Estrategia: Nutrir a precio mínimo- Implantación del Plan Maestro de Abastecimiento para Bogotá y la Región )


3) Dado que la estructuración del sistema de abastecimiento se basa en una racionalización de los procesos y costos asociados a ellos, se espera que en un mercado más competitivo e informado, esto se traduzca en una reducción de los precios al consumidor y por esta vía, sea capaz de afectar el ingreso real de las personas (Estrategia: Nutrir a precio mínimo- Implantación del Plan Maestro de Abastecimiento para Bogotá y la Región)


1.2. La Política de Seguridad Alimentaria y Nutricional -SAN


1.2.1. El Acceso


En lo que se refiere al acceso, la Política de SAN parte del reconocimiento de que aquellas personas cuyo derecho a una alimentación sana y adecuada es vulnerado, requieren del apoyo del Estado y del conjunto de la sociedad, para mitigar esta carencia e impedir, en lo posible, que se transforme en una situación de desnutrición que afecte tanto el desarrollo del individuo, como del capital humano, en una dimensión colectiva.


Por esto, una parte importante de las estrategias que implementa el Programa Bogotá sin Hambre se refieren a la ¨provisión de alimentos ¨; se inscriben aquí todas las acciones que permiten el acceso a la alimentación mediante el suministro directo o indirecto a las personas vulneradas en su derecho, mediante la actuación directa del Estado y de la solidaridad y corresponsabilidad de los miembros de la sociedad.


Dentro de la Provisión de alimentos se distinguen claramente tres tipos se programas, que responden a otras tantas modalidades:


a. Apoyo alimentario por iniciativa comunitaria o por iniciativa privada (del tercer sector) con participación comunitaria.
b. Apoyo alimentario en el marco de los servicios que provee el Estado.
c. Bonos de apoyo alimentario a población focalizada ( familias gestantes y lactantes y adultos mayores)


En este ámbito de la política se pueden a su vez destacar, entre otros, varios modelos de intervención: Comedores comunitarios como aprovechamiento y potenciación de las iniciativas de las comunidades organizadas, Ollas comunitarias, Comedores infantiles o escolares ( por fuera de una institución educativa pero que atiende población en edad escolar), Comedores Móviles, Desayunos o refrigerios focalizados en zonas de alta vulnerabilidad, Refrigerios y complementación alimentaria a preescolares y población escolarizada.


Una estrategia transversal a la política es la de ¨ Fortalecimiento de la organización y capacidades de las comunidades ¨. En ella se inscriben todas aquellas acciones que propenden por el desarrollo de las comunidades en sus capacidades y autonomía, desde la capacitación y asistencia técnica a grupos organizados, como la constitución y fortalecimiento de redes sociales. A esta estrategia contribuyen no poco las acciones de responsabilidad social y voluntariado estudiantil, e instrumenta el principio básico de la participación y el del fortalecimiento de las capacidades de las personas, pues el derecho a una alimentación y nutrición adecuadas para todas las personas, implica que ésta se inscriba en el ejercicio de su autonomía.


1.2.2. El conocimiento, los hábitos de vida y las condiciones de salud que permitan una alimentación y nutrición apropiadas a una vida sana


Dentro de esta dimensión del derecho a la alimentación y a la nutrición se inscriben todas las estrategias que propenden por la formación de las personas – individual y colectivamente- en unos hábitos de vida y cultura de prácticas, que permitan el mejor aprovechamiento de los alimentos, su mejor manipulación y consumo, el logro de una nutrición adecuada y aquellas que se inscriben en la promoción, conservación y mejoramiento del estado de salud de las personas.


Las estrategias que desarrollan esta dimensión del Derecho son en su mayoría, a su vez, instrumentos del Derecho a la Salud.


Son ellas: ¨ Atención primaria en salud ¨, Capacitación y formación en buenas prácticas y hábitos y, nuevamente, la participación y acrecentamiento de autonomías, representado por la estrategia de ¨ Fortalecimiento de la organización y capacidades de las comunidades¨. También concurren a esta dimensión del Derecho a la alimentación, algunos programas y acciones de estrategias como las de ¨ Nutrir a precio Justo ¨ y Provisión de Alimentos .


Se instrumentan a través de Programas como los de lactancia materna, recuperación nutricional, suplementación y complementación, Inocuidad, Vigilancia y Control, Vigilancia alimentaria y nutricional y Formación y capacitación en hábitos de vida saludables.


1.2.3. La disponibilidad de alimentos


La estrategia básica que instrumenta esta dimensión del derecho es la ¨ Puesta en marcha del Plan Maestro de Abastecimiento para Bogotá y la Región ¨, unida en sus métodos y principios rectores a la de ¨Fortalecimiento de la organización y capacidades de las comunidades ¨, que se ha recogido en la Estrategia ¨ Nutrir a Precio Mínimo ¨


¨El objetivo del plan maestro de abastecimiento de alimentos y seguridad alimentaria de Bogotá es propiciar las transformaciones culturales, operacionales y normativas conducentes a la eficiencia del sistema de abastecimiento para asegurar la nutrición a precio mínimo, esto es, facilitar el acceso de toda la población a la canasta adecuada, bajo los lineamientos y parámetros ambientales y sanitarios vigentes.¨


Para el cumplimiento de su objetivo, se establecen cuatro dimensiones centrales del plan maestro de abastecimiento de alimentos y seguridad alimentaria de Bogotá:


1) La Dimensión social, que consiste en garantizar la seguridad alimentaria de toda la población del Distrito Capital, al menor precio posible con la calidad y oportunidad adecuada.
2) La Dimensión operativa, que se propone lograr eficiencias del sistema de abastecimiento, para disminuir el precio de los alimentos.
3) La Dimensión de integración territorial que promueve la redistribución de población y actividades económicas en el marco del plan de ordenamiento territorial – POT en la ciudad – región, y
4) La Dimensión ambiental, que propende por la sostenibilidad ambiental en el desarrollo de cada uno de los eslabones de la cadena de abastecimiento de alimentos y en las dimensiones sobre las cuales se desarrolla el plan maestro de abastecimiento de alimentos y seguridad alimentaria.


1.3. La Movilización de la Ciudadanía y la Responsabilidad Social


Otro aspecto fundamental del programa Bogotá sin Hambre, como instrumento de la Política de SAN del Distrito, es que parte de la concepción de que una sociedad en la cual un grueso número de sus integrantes carece de las condiciones mínimas para tener un nivel adecuado de alimentación y nutrición, se verá forzosamente obligada a incurrir en cuantiosos gastos representados en recuperación de la salud, en esfuerzos de retención de los niños en el sistema escolar, agravado por el costo de oportunidad que representa la discapacidad, la muerte prematura y otros fenómenos conexos a una mala alimentación y nutrición, especialmente durante la gestación y los primeros años de vida.


Siendo esto así, se puede afirmar que hay un cierto nivel en el cual es la sociedad en su conjunto la que sufre los efectos negativos de la vulnerabilidad alimentaria y nutricional de las personas expuestas, aunque estas sean los directamente afectados. Por esta razón, la sociedad en su conjunto debe propender, de manera solidaria y corresponsable, a impedir que parte de la población sufra estas condiciones de vulnerabilidad y que el fenómeno crezca hasta el punto de afectar la viabilidad y eficiencia de la sociedad como un todo.


Por esto, se considera que forma parte del sistema de derechos de las personas el de ¨Participar y ejercer la responsabilidad social en procura del bienestar colectivo¨, como una forma de ejercicio de la autonomía, de la ciudadanía y de la legítima lucha por un mejor bien- estar. La estrategia que contribuye al logro de la metas que permiten avanzar en la observancia de este Derecho, ya se ha dicho, es la de ¨ Responsabilidad Social ¨, con todos sus componentes que es también una estrategia transversal a toda la política.


Esto se liga con el principio de que si los Derechos son universales, deben preservarse para todas las personas, sin distinción de condición, raza, sexo o edad. Y si se reconoce la universalidad del derecho, hay que abandonar la concepción de que solo debe garantizarse desde el esfuerzo ¨público¨ ( estatal). Es necesario construir colectivamente los mecanismos para que la universalidad de los derechos sea objeto de una observancia estricta, aunque se logren de manera progresiva.


 

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