Recuperación de suelos salinos en la Argentina

Miércoles, 19 Junio, 2013 - 12:32

Por Fundación Agreste, corresponsal de InfoAndina

 

En la Argentina, más de 13 millones de hectáreas se caracterizan por la presencia de sales en el perfil, de allí la enorme preocupación en cuanto al incremento de los daños que podría causar la falta de un uso racional de la tierra.

 

“La presencia de sales en el suelo altera el crecimiento de las plantas, lo que representa un problema para la producción agrícola-ganadera”, señala Roberto Casas, director del Centro de Investigación de Recursos Naturales del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) de la Argentina.

 

La salinización y sodificación de los suelos por los excesos de agua superficiales o ascenso de las napas freáticas son procesos que están en continuo aumento, por ello desde el Instituto se hacen intensos estudios, no sólo en lo referente a la extensión de la degradación, sino que también se hace una fuerte apuesta a la recuperación mediante la aplicación de manejo y buenas prácticas.

 

Un estudio de la FAO (Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) determinó que la Argentina es uno de los países más afectados por halomorfismo en el mundo, después de Rusia y Australia. “Sólo en la provincia de Buenos Aires existen más de tres millones de hectáreas afectadas por este proceso”, ejemplifica Roberto Casas, y asegura que: “La relevancia que le damos a este problema se debe a que parte de esas tierras se pueden destinar a emprendimientos agrícolas o ganaderos”.

 

Uno de los aspectos característicos de los suelos con exceso de sodio es la compactación: se convierten en duros, secos e impermeables debido a la dispersión de la arcilla y de la materia orgánica. Esto afecta el crecimiento y desarrollo de muchas especies vegetales.

 

Cuando un suelo se degrada la pérdida de su productividad puede ser irreversible e incluso económicamente inviable. Según especialistas del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), el proceso de recuperación no es de un año a otro y, además, debe ser rentable.

 

En este sentido, Roberto Casas propone alternativas para prevenir y corregir estos problemas sin generar mayores costos: uno de los recursos clave para la recuperación es el uso de plan-tas forrajeras adaptadas. Sin bien el proceso es más lento y gradual, los costos son menores en comparación con enmiendas químicas. Además, estos cultivos también son aptos para frenar el ascenso de los niveles freáticos debido a que provocan una reducción de la evaporación del agua desde la superficie, reducen el ascenso capilar del agua freática y la concentración salina superficial.

 

Experiencias realizadas en campos de productores con especies forrajeras tolerantes a salinidad y sodicidad demostraron que mediante sus raíces mejoran la porosidad y permeabilidad del suelo, facilitan la infiltración del agua de lluvia y el desplazamiento de las sales y del sodio hacia la capa freática mantenida a una profundidad adecuada. Las de mejor comportamiento por su elevada actividad radical y producción de materia seca son grama rhodes (Chloris  gayana), agropiro (Thynapirum ponticum) y lotus (Lotus tenuis).

 

Con el objeto de aumentar el desarrollo de capacidades locales en el manejo sustentable de tierras y propiciar la recuperación de suelos degradados que presentan estas características, el Centro de Investigación de Recursos Naturales del INTA Castelar organizó, junto con el Centro para la Promoción de la Conservación del Suelo y el Agua (PRO-SA) de la Fundación para la Educación, la Ciencia y la Cultura (FE-CIC), una jornada sobre Manejo de suelos Salino-Sódicos en Áreas de Secano, dirigida especialmente a profesionales y asesores del sector privado, productores agropecuarios y extensionistas de la región pampeana.

 

 

Fuente: INTA

 

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