Diálogo con Robert Hofstede a propósito del II Congreso Latinoamericano de Parques Naturales y OAP

Miércoles, 5 Septiembre, 2007 - 00:00

Adjuntamos una entrevista al director regional de la UICN Sur, Robert Hofstede, quien expresó sus reflexiones a pocos días del II Congreso Latinoamericano de Parques Nacionales y Otras Áreas Protegidas, que se realizará en Bariloche, Argentina.



En diálogo con Federico González Brizzio, del equipo de prensa del Comité Argentino de UICN, Hofstede comentó acerca de los principales desafíos de la conservación de la naturaleza en la región, entre los que destacó los modelos de desarrollo no sostenibles que incluyen grandes obras de infraestructura y desarrollo agroindustrial, como la producción de soja y etanol. Por otro lado, Hofstede indicó que el rol que la UICN debe tener en este contexto en los próximos años, es el de facilitador y líder de la discusión alrededor de estos temas.



Los invitamos a leer esta interesante entrevista, a la que pueden tener acceso en el detalle de la InfoNota.
Entrevista a Robert Hofstede: “La conservación es la clave para lograr el desarrollo sustentable y
mitigar la pobreza”
Por: Federico González Brizzio
Quito, 5 setiembre 2007


El director regional de la oficina para América del
Sur de la Unión Mundial para la naturaleza (UICN Sur), Robert Hofstede, expresó
sus reflexiones a pocos días del II Congreso Latinoamericano de Parques
Nacionales y Otras Áreas Protegidas, que sesionará en Bariloche. Dialogó con
Federico González Brizzio del equipo de prensa del Comité Argentino de UICN.
Estos son los principales conceptos de la entrevista.




¿Cuáles son tus principales expectativas para el II Congreso
Latinoamericano de Parques Nacionales y Otras Áreas Protegidas, que tendrá lugar
en Bariloche?


Afortunadamente vamos a contar con una gran diversidad de referentes
sociales, gubernamentales, académicos, jefes de áreas protegidas, guardaparques
y de comunidades campesinas, indígenas y de afrodescendientes que viven en las
áreas protegidas o en sus alrededores. Tendremos una participación masiva que
nos dará la posibilidad de aprovechar intensamente toda la semana para facilitar
un diálogo profundo respecto a los grandes temas que nos preocupan en la
región.


Quisiéramos poner a las áreas protegidas en el contexto de lo que está
sucediendo actualmente en Latinoamérica. Estamos hablando de grandes presiones y
amenazas, pero también de oportunidades. En este sentido temas como IIRSA,
biocombustibles y derechos humanos son algunos de los puntos sobre los que
debemos dialogar.


Pensamos que es muy importante que los gobiernos de la región encuentren en
las áreas protegidas un espacio a promover, que las incluyan en las agendas
políticas. Que incluyan la conservación y la gobernanza participativa con la
gente que vive directamente en las áreas.


Tenemos grandes expectativas; el subsecretario de asuntos indígenas de la
Secretaría de Ambiente de la Argentina, Jorge Nahuel, aceptó ser anfitrión de
los pueblos originarios de América Latina que asistirán al congreso para brindar
un espacio donde puedan encontrarse y participar para sacar el máximo
provecho.


También estamos felices porque esta mañana recibí una llamada de la
Secretaría de Ambiente de la Argentina, adelantando que en el congreso de
Bariloche se anunciará formalmente que el país será nuevamente Estado miembro de
la UICN. Es una gran noticia para toda la región y especialmente para el Cono
Sur.


¿Las “asignaturas pendientes” entre los compromisos y recomendaciones
del anterior congreso celebrado en Santa Marta diez años atrás, cuáles
serían?


Hace 10 años en Santa Marta estuvimos viviendo en pleno auge la tensión para
la biodiversidad a nivel mundial, ahora la tensión se movió hacia los Objetivos
de Desarrollo del Milenio, como el combate contra la pobreza, entre otras
prioridades. De alguna forma la atención neta para la biodiversidad y los
recursos naturales se ha opacado un poco. No quiere decir que ya no es actual,
sino todo lo contrario.


Nuestra mayor asignatura es demostrar que la conservación es realmente la
herramienta ideal para combatir la pobreza y cumplir con estos temas que ahora
atraen la atención. Solamente así podremos lograr modelos de desarrollo
sustentable.


Ahora también está cambiando mucho la visión que se tiene respecto a la
conservación en las áreas protegidas. El desafío sigue siendo el desarrollo
participativo: cómo lograr que se involucren más los diferentes grupos de
actores sociales en el manejo, control y acceso a las áreas protegidas. América
Latina tiene ejemplos importantes y debemos capitalizarlos.


¿Podrías enumerar cuáles son a tu juicio los principales nuevos
desafíos para las áreas protegidas en América Latina?


En primer lugar la integración regional. Las conversaciones dentro de la
región como el fortalecimiento de la Comunidad Andina de Naciones (CAN), la
Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA), la Comisión
Centroamericana de Ambiente y Desarrollo (CCAD) y el MERCOSUR, entre otros,
generan grandes desafíos sobre el ambiente en general, sobre la gobernanza y
también sobre las áreas protegidas. Ocurre lo mismo con las políticas de los
países latinoamericanos con Europa, Estados Unidos y Asia respecto al libre
comercio.


También existen nuevas amenazas como el cambio climático, que después de 20
años de evidencias claras, finalmente el mundo se ha dado cuenta de que es un
tema importante. Como sociedad tenemos que hacer todo lo posible para
mitigarlo.


Otro de los grandes desafíos es cómo hacer frente a los modelos de desarrollo
no-sustentable en un escenario donde se habla de grandes obras de
infraestructura y desarrollo agroindustrial, como la producción de soja, etanol,
palma africana. Todo esto pone la geografía del continente patas para arriba.


Áreas que siempre fueron relativamente marginales en términos económicos, son
ahora muy interesantes económicamente y esto atrae toda una serie de presiones
que ni siquiera nos podemos imaginar. Estamos hablando de desafíos sin
precedentes.


¿Cuál debería ser el rol de la UICN en los próximos años ante estos
desafíos?


La UICN y sus Estados miembro tienen el rol de ser el facilitador, el líder
de la discusión alrededor de estos grandes temas. Tenemos que brindar los
espacios de discusión, tenemos que identificar, sistematizar y difundir el
conocimiento objetivo e independiente.


La UICN no tiene que confrontar la gente, pero sí las ideas. Cada opinión es
válida, pero tenemos que manejar los grandes temas mundiales en conjunto.


¿Los resultados del IV Congreso Mundial de la Conservación de la UICN en
Barcelona 2008 podrían contribuir a una mejor reorientación de los esfuerzos de
la Unión y sus miembros en este proceso en marcha en América Latina?


Esto depende mucho de nosotros. Debemos usar el congreso mundial en Barcelona
para que el mundo mire otra vez hacia América Latina. En los últimos años toda
la atención fue a África y sur de Asia, por diferentes razones como el desastre
humano que está pasando en el continente africano o los desastres ambientales
que ocurrieron en Asia.


Si en Bariloche demostramos que Latinoamérica es un continente biodiverso,
con modelos de desarrollo ejemplares para el mundo, podremos ir a Barcelona y
pedirle al mundo de la conservación allí reunido que mire lo que estamos
haciendo, que miren nuestros problemas y que miren cómo estamos
respondiendo.


Si aprovechamos además que el congreso mundial es en España, teniendo en
cuenta sus lazos con Latinoamérica y sabiendo que la mitad del congreso
seguramente se desarrollará en español, tendremos una ventaja competitiva
grande.

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