Entrevista a Antonio Brack sobre la minera Majaz

Mercredi, 26 Septembre, 2007 - 00:00

Adjuntamos una entrevista en la que el reconocido ecólogo Antonio Brack Egg manifiesta su punto de vista respecto al proyecto Río Blanco de la minera Majaz. En esta entrevista de Enrique Patriau (La República), Brack reafirma las declaraciones que ha ofrecido las últimas semanas a propósito del debate en torno a las actividades de Majaz en la sierra de Piura. Según Brack, la empresa cuenta con un Estudio de Impacto Ambiental que garantiza un adecuado manejo ambiental en la zona de influencia y que ya depende de la supervisión y el cumplimiento de las normas por parte del Estado el garantizar que se cumpla y no ocasione daños al medio ambiente.



Esta posición contrasta con aquella defendida por diversas instituciones y por una amplia mayoría de los pobladores de la zona donde se realizaría el proyecto, quienes afirman que la actividad minera supone una clara amenaza a los ecosistemas y recursos naturales del área de influencia del proyecto. Como se recordará el pasado domingo 16 de septiembre del 2007, se realizó una consulta popular convocada por las municipalidades de Ayabaca, Pacaipampa y Carmen de la Frontera, votación que permitió conocer el rechazo de la mayoría de la población al proyecto minero.



Pueden revisar la entrevista completa en el detalle de la InfoNota. Además, adjuntamos el informe Minería y desarrollo en el Perú: con especial referencia al Proyecto Río Blanco coordinado por el Peru Support Group (PSG), que reconstruye los hechos ocurridos en la zona de Río Blanco desde el año 2003.

Entrevista a Antonio Brack Egg sobre la minera Majaz
Por: Enrique Patriau, La República

23 de setiembre de 2007



"El Perú es y seguirá siendo un país minero". Antonio Brack Egg sale al frente de opositores...

Difícil momento el del distinguido ecologista y amigo de esta casa. La suya es una posición que conocemos y que, por cierto, compartimos: nuestro país tiene una vocación minera que no podemos soslayar. Esa es nuestra tragedia y, a pesar de que no suene bien en la tribuna de la grita destemplada, podría ser una posibilidad. Es necesario para ello que el Estado cumpla otro papel, que las empresas mineras asuman una propuesta de desarrollo moderna y que la gente de a pie no caiga en la tentación de la desinformación y la respuesta espontánea paraa asuntos tan complejos como el de la explotación minera. Hay que leer con atención el "pensamiento Brack Egg". Ojalá se abra un debate alturado y respetuoso.
 
- Para esta entrevista, leí declaraciones suyas de hace algunos meses. Su posición respecto a la minería, sobre Majaz, ha cambiado muchísimo.


- ¿Cambiado? No, en absoluto. Otra cosa es que algunos interpreten que yo estoy a favor de la empresa. Por la internet ha circulado un texto, no sé de quién, que dice que Antonio Brack ha cambiado, que se ha convertido en el cachorro de los mineros y no sé cuánto, pero eso a mí no me interesa. Son interpretaciones y yo las respeto.
 
- Sobre Majaz, usted respondió en una entrevista el año pasado a El Comercio: "Esta es una zona delicadísima, porque es la naciente de varios ríos y puede contaminar el río Huancabamba y el río Chinchipe. Pero si hay un obispo que sale y dice algo, se le llama comunista". No me va a adecir que su discurso no ha variado.

- Es el mismo, igualito. El problema de Majaz es muy complejo y parte de varios puntos. Primero, de un descuido del Estado y sus instituciones. Se otorgan cuadrículas mineras en todo el país y la gente del lugar, como en Carmen de la Frontera, se enteran de que han entregado concesiones cuando aparacen los geólogos a decirles: vamos a perforar para ver si hay material. Las personas deberían enterarse por su Estado de que se ha dado una concesión sobre el subsuelo de las tierras donde viven.
 
- Es decir, el Estado de desentiende del asunto

- Le dice a la empresa: te doy la concesión y tú arréglatelas con las comunidades. Eso es irresponsable. Antes que nada, el Estado debería prever los posibles conflictos sociales.
 
- Pero usted dijo en una entrevista que Majaz iba a contaminar. Ahora afirma lo contrario.

- Majaz está ubicada en el río Blanco, a pocos metros de la frontera con el Ecuador, en la quebrada Majaz. No tiene nada que ver con los páramos que son la fuente de agua de la zona. Sí, está en una zona delicada, eso es verdad, donde se han deforestado miles de hectáreas de bosque, no por las empresas mineras sino por la gente local. Y ya hay un problema grande en el río Samaniego, donde hay minería informal, que usa mercurio para separar el oro. De eso nadie habla. En todo caso, es cierto que cualquier intervención debe hacerse con sumo cuidado.
 
- ¿Majaz va a contaminar o no?

- Yo he revisado el estudio de línea base y el Estudio de Impacto Ambiental (EIA), que todavía no ha sido presentado..
.
-¿Cómo lo pudo revisar si todavía no ha sido hecho público?

- Porque Majaz me lo dio para que lo lea y opine. La empresa va a usar una tecnología minera de punta. Ahí tienes el relave seco, que significa que antes de verter el relave en un a zona especial, protegida y aislada, le sacarán el agua para que no haya efluentes. Segundo, para separar el cobre y el molibdeno de la roca molida emplearán un sistema de flotación en base a compuestos orgánicos biodegradables. Es decir, no van a usar mercurio, cianuro, ni nada de eso.
 
- ¿Cuándo leyó ese informe?

- Este año. Y tengo una copia en CD que reviso porque, si quiero opinar, tengo que saber. Tercero: para transportar el material se propone un mineroducto, que es mucho más seguro que una flota de camiones. Y cuarto: el material viajará encapsulado, para evitar cualquier fuga. Que se cumplan todas esas medidas dependerá de Osinergmin, del Estado...
 
- ¿Y usted confía en el Estado?

- Bueno, estamos mejorando a punta de golpes.
 
- Golpes muy duros.

- Antes de 1990 no había ninguna ley ambiental en el Perú. Hoy tenemos leyes de cierre de minas, de responsabilidad social y ambiental, estándares internacionales. Todo es parte de un proceso.
 
- A pesar de ello, Majaz no parece haberse preocupado mucho por la población de la zona.

- Ojo, la empresa todavía no opera. Se encuentran en la fase de exploración y recién se va a determinar qué cantidad de mineral hay y si es rentable extraerlo. No pidamos manzanas al árbol cuando recién está creciendo.
 
- Pero si hasta debió pedir disculpas por su mal manejo de las relaciones comunitarias.

- Y también ha ofrecido ochenta millones de dólares para las comunidades de Yanta y Segunda y Cajas, las dueñas de la tierra. Lo que pasa es que aquí existe una oposición cerrada a la minería.
 
- Le repito la pregunta: ¿Usted confía en el Estado peruano?

- El Estado va a funcionar en la medida que funcionen sus ciudadanos. Y además está la prensa, las ONG especializadas...
 
-¿Se puede confiar en un EIA presentado por la misma empresa?

- Allí hay un punto a discutir, pero así es la ley. Lo lógico sería que, al darse una concesión minera, el Estado financie de manera parcial el estudio, que a su vez debería ser aprobado por una instancia neutral, distinta al Ministerio de Energía y Minas. Hay ajustes por hacer, desde luego.
 
- ¿Leyó el informe de Perú Support Group? Ahí se advierte sobre la posible contaminación de Majaz. ¿Qué le parece?


- Comparto algunas posiciones. En otras, creo que falta información. Yo quisiera que en ese informe se explicara el tipo de tecnología que se pretende desarrollar. El informe es interesante, pero no contiene la verdad absoluta.
 
- Usted también declaró en El Comercio: "Qué haría usted si en la calle donde vive aparece un día un aparato y empieza a perforar, a hacer un ruido infernal, y te dicen: somos la minera, tenemos autorización? Cualquiera salta".

- Eso es lo que acabo de decir. Es la falla del Estado que otorga las concesiones. Si uno va a Chulucanas, encima de la ciudad hay cuadrículas mineras. ¿De quién es la responsabilidad?
 
–De acuerdo, ¿pero cuál es la responsabilidad de las empresas mineras?

–Nadie está obligado a hacer lo que la ley no manda. Podemos discutir sobre consideraciones éticas, pero si la ley no me prohíbe hacer algo, lo hago. Antes de 1990 la ley no impedía echar los relaves al río, o a las lagunas, o al mar. Eso ya cambió. ¿Por qué una empresa minera viola la ley? Porque el Estado no vigila como debe. Ese es el punto.
 
–Usted lleva una carrera de 45 años como ecologista, ¿y no encuentra ninguna responsabilidad en las empresas mineras?

–Hay mineras irresponsables, pero tenemos que distinguir en el Perú dos épocas: antes de 1990, cuando no había legislación ambiental, y después de 1990...
 
–Ahí entra Doe Run, y ya vemos lo que es La Oroya.

–Antes de Doe Run hay 85 años de Centromín, de Cerro de Pasco. Igual, Doe Run tiene algunos avances…
 
–Y no cumple con el PAMA en los tiempos establecidos.

–Bueno, la tarea del Estado es vigilar, ¿no?
 
–Cómo ha cambiado usted. Impresionante.

–No, no. Es que los peruanos tenemos que entender que el Estado es irresponsable en lo ambiental y en lo social. No niego que haya mineras irresponsables, como Casapalca. Todos recordamos el tremendo escándalo que hubo hace poco. ¿Pero por qué Casapalca puedo llegar a perpetrar todo lo que le sabemos? Porque el Estado no cumplió con su rol vigilante.
 
–¿Y qué le pareció la consulta en Tambogrande?

–Es un caso muy distinto al de Majaz. Implicaba un tajo abierto y la reubicación de gran parte del pueblo. Sin embargo, hoy nadie dice que en la zona miles y miles de mineros informales manejan cianuro y mercurio, sin ninguna medida de seguridad. La minería informal es un gran problema en el Perú. En Majaz ya existe, en el río Samaniego. Lo tengo grabado y fotografiado todo. Hay que saber equilibrar las cosas. Hay que ser consecuentes.
 
–Hablando de consecuencias, usted ha dicho que leyó el EIA sobre Majaz porque la empresa se lo solicitó…

–Sí. ¿Por qué no lo puedo leer?
 
–Quiero decir, ¿fue una relación contractual?


–Sí, formé un equipo de cinco especialistas y le hice un montón de observaciones para mejorarlo. Yo apuesto por una minería limpia y con responsabilidad social. La moda de ahora es estar en contra de la minería. Esa no es mi posición. El Perú fue, es y será un país minero. Decir lo contrario es una ilusión.
 
–Curiosa aseveración viniendo de un ecologista.

–Porque si le dijera que no a la minería, tendría que plantear una alternativa para generar 400,000 puestos de trabajo y el equivalente al 62% de nuestras divisas, sin contar el canon minero. Muchos alcaldes me dicen: no quiero minería, pero quiero mi canon. Eso es ilógico. Yo creo en el diálogo y la conciliación. El país necesita ponerse de acuerdo. Acá hay demasiada cultura del conflicto. A Majaz el gobierno llegó muy tarde, cuando la mecha había encendido y el cartucho estaba a punto de reventar. Yo hace un año exactamente hice un reportaje para la televisión de una hora sobre el caso y la conclusión era: hay que alentar una conciliación al más alto nivel para arribar a soluciones. Y no se hizo nada. El Estado no supo conciliar.
 
–Justo quería llegar a su programa, "La Buena Tierra". Me han dicho que recibe auspicios de empresas mineras.

–Mis programas de TV reciben auspicios de empresas mineras, ¿y? Si me dicen que eso es un error, bueno, pero no es un crimen. El Canal 7 a mí no me da plata. ¿Es un crimen recibir un auspicio de una empresa minera? No lo creo.
 
–¿De qué empresas recibe los auspicios?

–He hecho programas con Barrick. Usted debería saberlo como periodista, pero seguro que eso lo va a cortar.
 
–¿Barrick y cuál más?

–Estoy haciendo ahora tres programas (Minería y el agua, Minería y responsabilidad social y Minería y desarrollo sostenible) auspiciados por la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía.
 
–El programa que hizo sobre Majaz, ¿quién lo auspició?

–La empresa Majaz.
 
–¿Y eso no es ser juez y parte?

–No, porque si usted viera el programa sabría que me pongo en el punto medio. Entrevisto a los más acérrimos opositores y explico la propuesta de la mina. Yo no veo ningún problema ético. La República también recibe avisaje de muchas empresas, entre ellas mineras. Seamos consecuentes y no le pidamos a otro lo que uno no cumple, ¿no le parece?
 
–Yo no le pido nada. ¿Y de cuánto fue el auspicio de Majaz?

–De 8 mil dólares, para hacer un solo programa. Ahora usted presénteme a alguien que, por esa suma, le haga un programa de una hora.
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