Serra da Mantiqueira
La Sierra Mantiqueira es una de las más grandes e importantes montañas del sudeste de Brasil, con tierras en parte de los estados de São Paulo, Rio de Janeiro y Minas Gerais. La región tiene extrema importancia ecológica, es parte del bioma Mata Atlântica (Foresta Atlántica) e integra formaciones mescladas de campos de altitud, forestas e enclaves de araucaria (Araucaria angustifolia).
Su nombre indígena “Mantiqueira” deriva de “Amantiquir” y significa “lugar donde nace el agua” o “sierra que llora”, por la gran cantidad de manantiales que forman las dos principales cuencas hidrográficas del Sudeste: Rio Paraíba y rio Paraná, después rio de la Plata.
La Mantiqueira tiene gran diversidad de ecosistemas, en consecuencia de la variación de altitud, desde los 700msnm, a los 2.798.Todavía es posible encontrar animales en extinción, como puma y otros felinos, lobo-guará(Chrysocyonbrachyurus), lontra (Lontralongicaudis), papagaio-do-peito-roxo (Amazona vinacea) y otros.
La región posee 20 áreas protegidas públicas, en distintos niveles federativos, municipales, estatales y nacionales y con distintas categorías de protección (integral y sustentable), además de reservas privadas. Con el objetivo de integrar la gestión de este conjunto, en diciembre de 2006 el Ministerio del Medio Ambiente ha reconocido el Mosaico de Unidades de Conservação da Serra da Mantiqueira, con área total de 729.138 hectáreas en 38 municipalidades.
Aunque se localicen en una de las regiones más industrializadas y ricas del país, son muy distintos los grados de implantación de estas unidades. Pocas poseen planes de manejo y recién se inician acciones para regularización de la propiedad territorial de los parques. A partir de la ley del sistema nacional de áreas protegidas (SNUC, 2000), en los últimos años es notable el avance en la participación de la sociedad, representada en los consejos de cada unidad y también en el consejo del Mosaico.
Las amenazas a este conjunto de áreas protegidas son muchas: las más evidentes son el crecimiento urbano desordenado de las ciudades cercanas, nuevas construcciones en locales protegidos y frágiles (cerca de los ríos, por ejemplo), turismo no ecológico y perdida de la identidad cultural de la populación tradicional. Los incendios forestales todavía representan grave amenaza y con la tendencia, observada en los últimos años, de sequias más intensas, es fundamental ampliar las acciones de prevención y las estructuras de combate.
El Mosaico se estructura por medio de un consejo, donde están representadas las áreas protegidas gubernamentales y las reservas privadas. Además, cada área protegida indica a una ONG para participar del consejo, lo que totaliza 42 instituciones. La coordinación del Consejo siempre es ejercida por un gestor de unidad pública, contando con una secretaria ejecutiva para su operación.
Observando y participando de estos casi seis años de Mosaico Mantiqueira, considero que su existencia de hecho posibilita mejor integración de sus unidades y fortalecimiento de acciones comunes, como la reciente campaña de prevención a incendios forestales, la permanente presión sobre el gobierno en apoyo a las demandas de sus distintas áreas protegidas, y la ampliación de la visibilidad sobre la importancia de esta región de montaña. Pero, a la vez, su funcionamiento también enfrenta los desafíos típicos de un grupo integrado por instituciones con distintas estructuras de gestión y que tienen gran parte de su capacidad operativa absorbida por las intensas demandas locales y cotidianas de la conservación ambiental. Transformar las limitaciones diarias para actuación sectorial en capacidad de articulación para actuar en conjunto sigue siendo objetivo fundamental a ser atingido por los mosaicos de áreas protegidas.
Más informaciones en: www.mosaicomantiqueira.org.br
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