En defensa del titi o gato andino: campaña de conservación en Puno
El gato andino es uno de los felinos más bellos y menos conocidos del Perú.
Los quechuas lo llaman Osqollo y Titi es su nombre aymara ("Titicaca" viene a ser "la roca del gato", o del puma). Su territorio abarca casi todo el Perú, Bolivia, Argentina y Chile. En las sierras de Lima, por ejemplo, se pueden ver ambas especies, pero cada día son menos los ejemplares.
Lo cierto es que tanto el Titi como el puma y otras especies como el gato del pajonal, se encuentran en peligro de extinción pese a que forman parte importante de la cosmovisión andina.
Hoy en día, el principal peligro para el Titi y el puma es la ampliación de la frontera ganadera. Se han registrado ataques esporádicos al ganado y enfrentamientos con los perros pastores de puna. Son muy raros los ataques a personas.
"La primera vez que salí a colocar las cámaras-trampa tuve que caminar toda la noche por la puna. En todo el camino sentí que me seguían y, al día siguiente, de regreso, vi las huellas del puma que me había seguido", nos cuenta Gabriel Llerena Reátegui, director de la Asociación Pro-Carnívoros de Puno. "Por los comuneros supe que los pumas son tan curiosos como los gatos domésticos y que suelen seguir a los extraños sin atacarlos".
Llerena lidera un grupo de jóvenes científicos que realizan el levantamiento de información relacionada al conflicto y distribución de carnívoros como el gato andino, el puma y el gato del pajonal en Puno. También exploran la Reserva Nacional Salinas y Aguada Blanca (en Arequipa), y están elaborando una estrategia para mitigar el conflicto entre carnívoros y ganaderos.
La organización está integrada por Anthony Pino Charaja, Claudia Pérez, Dennis Huisa Balcón, Carlos Ruelas Cabana, Eduardo Carrera, David Chata Castillo, Héctor Luque Machaca; y los voluntarios Omar Rodríguez Bravo, Hualquer Lope, Geraldine Lucero Rosado, Mario Soria Arredondo, Paulo Calla y Katherine Gonzales.
Pese a su magro presupuesto, estos jóvenes realizan arduas jornadas de monitoreo, instalación de cámaras y rastreo en las grutas y páramos sobre los 4 mil metros de altura, soportando el frío y las granizadas mientras escalan los refugios rocosos, abismos y otros rincones habitados por estos carnívoros.
Comparten la mística por la conservación efectiva de las especies y sus hábitats, y se involucran con la población local para aprender de ellos y compartir sus conocimientos.
Pro-Carnívoros nació como una organización sin fines de lucro y por eso necesitan apoyo para continuar su tarea. "Apuntamos a convertirnos en una plataforma interinstitucional, dando a conocer, con sólida base científica, la importancia de la conservación de la biodiversidad, valorando los aspectos culturales, ecosistémicos y socioeconómicos de las diferentes especies que la conforman", sostiene Llerena.
Su arduo trabajo se puede comprobar en la página de Facebook Pro-Carnívoros.
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