4 datos que confirman que el cambio climático ya está afectando al Perú

En el marco del I Congreso Internacional de Cambio Climático, que organiza la Sociedad Geológica del Perú (SGP), a realizarse del 29 de noviembre al 1 de diciembre en la ciudad de Huaraz, se indica que Perú es uno de los países de mayor vulnerabilidad al cambio climático y sus efectos ya pueden evidenciarse.

El doctor José Macharé, presidente del evento, comenta cuatro datos que confirman que el país ya está sufriendo los estragos la intervención del hombre.

1. Deshielo de glaciares. En 1970, la Cordillera Blanca alojaba 722 glaciares ocupando una superficie de 723 km2. Hacia el año 2003, ya había perdido 22.4% de esa superficie en un proceso de deshielo que, en los próximos años, afectará tremendamente el ciclo del agua y la disponibilidad de este elemento para la agricultura, ganadería, minería, industria y consumo humano.

2. Cambio de uso del suelo y calentamiento en Cusco. Las zonas altas entre 3,600 y 4,000 metros de altitud en la cuenca del Vilcabamba (Cusco), muestran un incremento de temperatura que parece influir en el aumento de la actividad agrícola de los últimos 20 años. Si bien esto permite la expansión de la frontera productiva, afectaría el entorno natural y por ende los servicios ecosistémicos de la región.

3. Manglares en peligro. La afectación de los manglares, reflejada en una disminución sostenida de la concha negra (sustento de las comunidades de la zona), está relacionada con la disminución de la salinidad de las aguas costeras, pero el aumento de su temperatura y el incremento de sedimentos provenientes del continente. Estas condiciones están relacionadas con El Niño y sus lluvias en la costa norte. Si la intensidad de El Niño se incrementa por el calentamiento global, como se estima, la amenaza al ecosistema del manglar será cada vez más alta.

4. Declive de producción de anchoveta. Para varios científicos, el cambio climático sería el responsable de las modificaciones marinas que vienen ocasionando el declive en la pesca de la anchoveta desde 1994. Esto es por un período más largo que el habitual para sus fluctuaciones decadales. De continuar esta tendencia se agravarán las consecuencias económicas y sociales de los que están directa o indirectamente involucrados y de todo el país.