Empate de la oferta y demanda por el agua

Friday, 22 March, 2013 - 10:11

Atender las necesidades de agua de los distintos usuarios, se puede ver como un asunto de empatar la oferta que nos da la naturaleza en sus cuencas hidrográficas, con la demanda que se localiza en nuestras ciudades, campos agrícolas, centrales hidroeléctricas, y en los propios ecosistemas acuáticos, esta última demanda identificada solo recientemente.

La búsqueda del “empate” entre oferta y demanda, es un reto en el tiempo y en el espacio. En la dimensión de espacio, construimos tuberías para llevar el agua de la fuente a nuestras casas, túneles para llevar el agua del río a la central hidroeléctrica, canales enormes para llevar el agua a los campos agrícolas en el desierto, y acequias para poder aprovechar el agua del río que pasa al costado en nuestro terreno. En los Andes hemos llegado a construir trasvases entre cuencas para llevar el agua de una cuenca donde todavía tenemos un exceso a otra con un déficit, muchas veces aprovechando los regímenes climáticos diferentes y complementarios que existen a distancias relativamente pequeñas. La extrema variabilidad espacial que encontramos en los Andes en cuanto a régimen hídrico (y en cuanto a muchas otras variables) nos da esta posibilidad: a nivel nacional y regional andino, las estadísticas muestran que tenemos agua más que suficiente, pero no necesariamente está donde está la demanda. Es un tema que en principio, con infraestructura costosa y buenos acuerdos entre actores, se puede solucionar.

La principal herramienta para buscar el empate en la dimensión del tiempo, ha sido la construcción de capacidad de almacenamiento de agua en embalses. Esta nos permite aprovechar oferta generada en un tiempo, para satisfacer una demanda en otro tiempo posterior.

Con un adecuado entendimiento de oferta y demanda, y de mecanismos de empate entre los dos, evitaremos confusiones, como por ejemplo la que alguna vez se manifestó, que la falta de agua en barrios periféricos de Lima, se debe al derretimiento glaciar en la cordillera.

Mucho se habla en estos días, sobre la disminución de la oferta hídrica bajo escenarios de cambio climático, en los países andinos con mucho énfasis en el derretimiento glaciar. Grandes esfuerzos se realizan en el monitoreo glaciar, el modelamiento de cuencas hidrográficas, y la búsqueda de escenarios futuros de disponibilidad de agua bajo cambio climático. Muy poco se habla de la demanda. Sin embargo, la dinámica de aumento de demanda, con ciudades que duplican su número de habitantes en 20 años, con miles de hectáreas de áreas de riego nuevas en el desierto, y con inversiones millonarias en centrales hidroeléctricas, es enorme. Mientras que tenemos grandes dificultades para establecer escenarios certeros de la futura oferta hídrica, el crecimiento de la demanda es obvio y sostenido.

En la búsqueda del “empate” es hora de mirar mucho más para el lado de la demanda. Hay opciones claras a la vista: sabemos que podemos vivir confortablemente con mucho menor consumo de agua en nuestras casas, sabemos que los sistemas de riego siguen desperdiciando la mitad del agua (un sistema con 50% de eficiencia ya lo catalogamos como “medianamente bueno”). Otras opciones no han sido exploradas. Un manejo integral de los usos múltiples en una cuenca, por ejemplo, caracterizando mejor la variabilidad temporal de la demanda (en la oferta reconocemos siempre la variabilidad, pero a la demanda muchas veces la consideramos constante en nuestra planificación). O elevando el perfil del criterio hidrológico en el manejo del sistema interconectado de generación eléctrica de un país.

Para lograr esta optimización de los usos y por lo tanto un menor crecimiento (quien sabe reducción) de la demanda, hace falta mucha concientización pública, como las campañas de ahorro de agua que recientemente se han iniciado. Pero para los temas más complejos de optimización, se requieren sistemas de información de usos y de demandas futuros, que nos proporcionan la caracterización que debe ser la base de esta optimización.

De tal manera que hay tarea para todos: desde el niño en la casa, hasta el especialista y la autoridad política.

Feliz Día del Agua!

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