Boliviana ganadora de Premio Whitley: 18 años trabajando en la conservación del oso andino
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“La primera vez que vi un oso andino (Tremarctos ornatus) fue, y todavía es, uno de los momento más memorables de mi vida”, dijo Ximena Velez-Liendo en su discurso durante la ceremonia de entrega de los Premios Whitley, uno de los más prestigiosos del mundo de la conservación de la naturaleza. “Estaba en medio del bosque nuboso cuando lo vi, me asusté, no sabía qué hacer, si debía correr, tomar fotografías o tomar notas; al final no hice nada, solo miré al oso”, contó. Ese fue el momento en que supo que estudiaría a los osos andinos.
Este mismo suceso que cambió la vida de Ximena Velez-Liendo lo narró el naturalista británico Sir David Attenborough en un video realizado especialmente para la premiación. “Dieciocho años después de ver por primera vez un oso andino, Ximena Velez-Liendo lidera los esfuerzo para su conservación”, manifestó.
“Cuando escuché la voz de David Attenborough pronunciando mi nombre no pude contener las lágrimas porque es mi héroe. Que tu héroe diga tu nombre es algo que nunca pensé que iba a ocurrir”, contó emocionada Velez-Liendo a Mongabay Latam.
Cuando inició su vida profesional, Ximena Velez-Liendo quería ser bióloga de comportamiento y trabajar con gorilas en Ruanda, inspirada por la famosa bióloga estadounidense Diane Fossey. Fue una profesora quien le recomendó enfocarse en los osos andinos. Otra de las personas que ha guiado el trabajo de Velez-Liendo es Susanna Paisley, la primera bióloga que logró poner radio collares a los osos andinos en los Andes bolivianos, galardonada también con el premio Whitley en 1997 por este trabajo. “Tengo la suerte de ser su amiga y tenerla como mentora, sé que puedo contar con ella para que lea mis investigaciones y tener su evaluación crítica”, manifestó Velez-Liendo.
Para Ximena Velez-Liendo los ídolos pueden ser personas reales y tangibles, no solo esas figuras inalcanzables que aparecen en los libros. Actualmente se siente inspirada por su jefa en el Zoológico de Chester, Alexandra Zimmermann, donde se encuentra diseñando los planes para los próximos años del proyecto de conservación del oso andino.
“Este premio representa el esfuerzo de los años trabajando arduamente con el oso andino. No es solamente un reconocimiento a mí, sino al gran equipo que tengo”, reconoció Velez-Liendo, quien realza el apoyo que ha recibido por parte del personal del Zoológico de Chester en el Reino Unido, con quienes redactó la postulación de su proyecto a los Whitley Awards.
El proyecto de conservación del oso andino presentado por Ximena Velez-Liendo fue seleccionado entre un grupo de 15 semifinalistas. “Nos hicieron una entrevista de media hora, porque ser finalista no significa que ya ganaste, pero este año premiaron a los seis finalistas”, explicó Velez-Liendo.
¿Por qué el oso andino?
De acuerdo con Whitley Fund For Nature (WFN) Bolivia alberga a uno de cada tres osos andinos en el mundo. Cuando se realizó la evaluación nacional del estado de conservación de la especie en el 2010 se encontró que en el sur del país no había datos necesarios para determinar su población.
“En los Andes bolivianos, hábitat de los osos andinos, el sur de Bolivia es la región donde hay los índices más altos de pobreza, entonces si se mezcla pobreza, cambio climático, un ecosistema críticamente en peligro, el oso andino, falta de información, son muchas necesidades que me hicieron quedarme ahí”, relató la investigadora.
Fue así como Velez-Liendo y su equipo diseñaron el primer estudio poblacional de esta especie en el departamento de Tarija, en el sur de Bolivia, para conocer con datos científicos de primera mano obtenidos a través de cámaras trampa y otras tecnología el número de osos andinos que viven en esa zona.
La investigadora señaló que en el norte central del país existen organizaciones que trabajan con el oso andino, por lo que era indispensable generar la información faltante del sur. “Son esas mismas dificultades las que hacen que haya poca investigación, porque el 90 % de los fondos se van a la Amazonía, a las áreas protegidas, o lugares bonitos, el bosque seco interandino es hermoso, pero a muchas personas no les gusta porque es un bosque seco, espinoso, hay muchas serpientes”, lamentó Velez-Liendo quien añadió que es muy difícil conseguir fondos económicos para esta zona que no es considerada un lugar atractivo.
El bosque seco interandino está catalogado como una zona de alta fragilidad por los efectos del cambio climático.
“Lo que estamos viendo es que no se puede trabajar aisladamente, y aunque vamos a seguir enfocados en el bosque seco interandino, también en todos los ecosistemas que lo rodean y que también lo afectan, nuestro plan inmediato es la expansión a lo largo de la cuenca del río Pilcomayo”, detalló.
De acuerdo con Velez-Liendo, el objetivo de ampliar su trabajo hacia la cuenca del río Pilcomayo es principalmente por el rol que podría tener el oso andino en la protección de esta cuenca, que es muy importante para Bolivia y que incluso beneficiaría a Paraguay.
Participación de las comunidades
El Premio Whitley que recibió Ximena Velez-Liendo le ayudará a comprar más cámaras trampa que se colocarán con ayuda de los habitantes de las comunidades locales en toda la zona de estudio, que abarca más de 12 000 kilómetros cuadrados.
“Este proyecto tiene un ingrediente social muy alto. Nosotros estamos trabajando con comunidades que tienen altos índices de pobreza y que al mismo tiempo tienen problemas por los conflictos derivados de la interacción con los osos”, indicó Velez-Liendo.
En el municipio de San Lorenzo, Tarija, donde Velez-Liendo realiza el estudio, los niveles de pobreza de las comunidades son del 60 % a 90 % y las sequías de los últimos años han afectado sus cultivos agrícolas, haciendo que las personas se dediquen a la cría de ganado bovino y caprino. Esto ha llevado a los osos andinos, también afectados por la escasez de comida en el bosque, a cazar el ganado de los pobladores, quienes en ocasiones los matan en represalia.
El proyecto también ayudará a determinar las dinámicas de estos conflictos de manera que las comunidades sean las que encuentren las soluciones a estos dilemas entre la conservación de esta especie y su desarrollo social.
“En el Zoológico de Chester tratamos que los proyectos sean sustentables porque no tenemos un fondo definido, nuestros fondos económicos son bastante cortos, y debemos aprovecharlos para sembrar una semilla en la gente y que esta pueda dar una respuesta que nazca de ellos y que puedan apropiarse de ella”, resaltó.
A pesar de que siempre está ocupada en reuniones y con su trabajo de investigación, la doctora Ximena Velez-Liendo nunca rechaza la oportunidad para hablar de su pasión por los osos andinos. “Una meta personal es que para la siguiente evaluación de la conservación del oso andino podamos bajarlo [en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza] de la categoría Vulnerable a Preocupación Menor, porque en toda la región, no solo en Bolivia, hay muchos esfuerzos para su conservación”, dijo optimista Velez-Liendo.
Un consejo para los jóvenes biólogos es que deben seguir su instinto y buscar ser felices en su trabajo. “Ahora la biología de la conservación no significa agarrar a los animales o las plantitas y llevarlos a un lugar donde nadie los toque, ahora tiene que ser adoptada y hecha para la comunidad, para la gente que depende de los bosques, de los pastizales. Mi mensaje para los jóvenes que están empezando en esta área es que deben incluir el aspecto social porque de lo contrario nuestros esfuerzos no tendrán futuro”, concluyó Velez-Liendo.
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