Concesiones forestales en bosques tropicales públicos: ¿héroes o villanos?
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FAO promueve una nueva iniciativa para mejorar el sistema actual de concesiones forestales y asegurar que fomenten el manejo sostenible y el desarrollo de las comunidades locales.
Concesiones forestales bien manejadas que incorporen la gestión sostenible pueden ser importantes para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible, señaló hoy la FAO.
Las concesiones forestales son importantes herramientas de gobernanza para el aprovechamiento y manejo de los bosques públicos en muchos países tropicales y de zonas boreales.
Las concesiones son instrumentos legales, que establecen un acuerdo entre el Estado y una tercera parte, normalmente un ente privado, y que confieren derechos a cambio de un pago, o a cambio del suministro de un servicio.
En general se refieren a derechos de aprovechamiento de madera o de otros productos forestales o a derechos para manejar los recursos forestales a largo plazo.
Según la FAO, a nivel global el 76% de los bosques son públicos, y ha habido un aumento en la proporción de bosques públicos manejados por privados: del 3 % en 1990 al 15 % en 2010.
Según informes regionales encargados por la FAO, en nueve países seleccionados de África, América Latina y el Sudeste Asiático hay, actualmente, al menos 122 millones de hectáreas de bosque tropical bajo concesiones forestales, cubriendo el 14 % de los bosques públicos en los países estudiados.
En los últimos años, especialmente en los países tropicales de América Latina, las concesiones han sido establecidas también con comunidades forestales.
Expertos internacionales de todo el mundo se reunirán en Porto Velho, Brasil, del 13 al 16 de septiembre para encontrar modelos alternativos a los sistemas tradicionales de concesión y ampliar los beneficios de este instrumento y promover un enfoque integral en el uso de los bosques públicos.
Mucho espacio para mejorar
Mientras algunas concesiones han sido exitosas en su gestión, otras han sufrido casos de corrupción, afectado negativamente a las comunidades residentes o empeorado la deforestación.
Según el Oficial Forestal de la FAO, Jorge Meza, las concesiones tienen un enorme potencial para brindar beneficios económicos, sociales y medioambientales a las poblaciones locales y a la sociedad en su conjunto, si están bien manejadas y forman parte de acuerdos de gobernanza transparentes.
Según la FAO, concesiones pequeñas o medianas permiten una mejor gestión forestal y las más exitosas han sido aquellas donde las comunidades que participan tienen una tradición forestal previa.
“Pero si no se dan estas y otras condiciones, la experiencia demuestra que las concesiones pueden también producir efectos perjudiciales, tales como la deforestación y la degradación forestal”, explicó Meza.
Una nueva alianza internacional
Para evitar los efectos negativos y fomentar las experiencias exitosas, la FAO se ha unido con la Organización Internacional de las Maderas Tropicales (OIMT), el Servicio Forestal Brasileño (SFB), el Centro de Investigación Forestal Internacional (CIFOR) y Centro de Cooperación Internacional en Investigación Agronómica para el Desarrollo (CIRAD) para crear una iniciativa conjunta sobre concesiones forestales.
Esta iniciativa busca fomentar las concesiones forestales tropicales como instrumento para incorporar las mejores prácticas de gestión forestal sostenible y aumentar la contribución de los bosques al desarrollo socioeconómico, la conservación de la biodiversidad y el secuestro de carbono.
La FAO y sus socios en esta iniciativa trabajarán con gobiernos, el sector privado y las para crear un régimen de concesiones que sea sensible a las necesidades de las poblaciones locales, permita a los operadores obtener beneficios razonables y ofrezca empleos estables y atractivos, mientras se mantiene la integridad de los recursos forestales.
Concesiones forestales en América Latina y el Caribe
La FAO analizó los programas de concesión forestal en Bolivia, Brasil, Guatemala, Guyana, Perú y Surinam.
En Brasil las concesiones forestales generan más de 6 mil empleos directos e indirectos por cada mil metros cúbicos de árboles aprovechados.
En Bolivia, las familias rurales que participan en la gestión comunitaria de los bosques se han beneficiado con un aumento promedio de 23 % en sus ingresos, que las comunidades han invertido en proyectos de educación básica comunitaria, infraestructura y salud.
El desarrollo del capital humano es ejemplar en Guatemala, donde los principales concesionarios comunitarios tienen capacidad de participar en los debates sobre los impuestos a la exportación y sobre la política forestal.
Perú se ha esforzado por volver operativo y competitivo un ambicioso programa contra la tala ilegal, relevante para las comunidades indígenas que reclaman oportunidades económicas.
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