La adaptación al cambio climático también es clave en la agenda empresarial
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Un total de 176 Estados y la Unión Europea han firmado el Acuerdo de París y 16 lo han ratificado.
Es la primera vez luego de más de 20 años de negociaciones que se logra un acuerdo universal legalmente obligatorio, el cual entrará en vigor en el 2020 cuando como mínimo 55 Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que sumen al menos el 55% del total de las emisiones de gases de efecto invernadero, hayan depositado sus instrumentos de ratificación.
Algunos de los puntos más importantes de este acuerdo son evitar el aumento en la temperatura global del planeta por encima de los 2°C y realizar esfuerzos para no sobrepasar los 1.5 °C; aumentar la ambición de los planes nacionales climáticos o INDC y revisarlos cada cinco años; y disponer de US$100 mil millones por año de financiamiento climático como punto de partida para ayudar a los países en desarrollo a mitigar y adaptarse al cambio climático.
Para lograr estos compromisos, es necesario el involucramiento y aporte de todos los sectores de la sociedad, incluyendo al empresarial. Las compañías no solo tienen responsabilidad en las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), sino que también se pueden ver severamente afectadas por los impactos del cambio climático.
Este fue uno de los temas de Adaptation Futures 2016, la conferencia más importante sobre el tema de adaptación al cambio climático, que se celebró el pasado mes de mayo en Róterdam, Holanda.
El Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible (WBCSD), el cual representa a una red global de 65 concejos nacionales y regionales y organizaciones miembros de carácter empresarial, organizó el primer Día de Negocios en el marco de esta conferencia.
En una mesa redonda, donde participaron líderes empresariales de compañías como Arcadis, DSM, DNV GL, Infosys y Tata Steel, se habló de acciones de reducción de emisiones y principios de adaptación tanto en las operaciones de las compañías como en las de sus proveedores. Un punto relevante que se comentó fue la responsabilidad que tienen las empresas para ayudar a las comunidades donde operan a adaptarse a los efectos del cambio climático.
Proactividad cobra relevancia
Esto implica para el sector empresarial el ser proactivo y no únicamente reactivo, con el fin de reducir su exposición a los riesgos climáticos. Las compañías presentes en el foro enfatizaron en la necesidad de contar con información, herramientas y capacitación, así como en la importancia de escalar soluciones empresariales en adaptación y resiliencia.
Sandeep Dadlani, Presidente Ejecutivo de Infosys, India, señaló que lo ideal no es realizar los cambios en medio de las crisis, sino que estos sean el resultado de un análisis sobre el rol de la compañía en el futuro. “Los negocios que no estén preparados serán los grandes perdedores del futuro”, señaló por su parte Feiko Sijbesma, CEO de DSM al hablar de los desafíos del cambio climático y la necesidad de un modelo de negocios en el tema de adaptación.
Para el WBCSD, el Acuerdo de París es también una señal de mercado para mover al sector empresarial a la acción y pedir mayor claridad a los gobiernos. El consejo coordina, asimismo, la Low Carbon Technology Partnership initiative, cuya ambición es ayudar a reducir el 65% de las emisiones requeridas para mantener la meta de los 2°C.
Por otra parte, en Centroamérica se lleva a cabo la iniciativa de Eco Eficiencia Empresarial, que consiste en una metodología especializada para empresas que les permite medir y gestionar su impacto ambiental de una manera práctica, sencilla y amigable. Desarrollada originalmente en Costa Rica por iniciativa de la Asociación Empresarial para el Desarrollo (AED) pero actualmente escalada a otros países de la región por medio de la red IntegraRSE, esta iniciativa también incide en la reducción de emisiones y la preparación de las empresas para adaptarse a los impactos del cambio climático. Han participado un total de 133 empresas costarricenses y 98 en el resto de la región. Como parte de las acciones, se comparten experiencias, se establecen alianzas y se emplean herramientas de medición basadas en parámetros internacionales.
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