2015: un año profundamente iluminado para los Andes
Estamos ya unas semanas en el 2015, el nuevo año. Puede ser mi error, pero he encontrado pocos de los mensajes que característicamente recibimos al principio del año para llamar la atención de un Año Internacional de X o Y tema. Será que después de los años internacionales de la quinua (2013) y de la agricultura familiar (2014), ambos tan relevantes para los Andes, ¿se pensaba que este año iba ser un año "normal"?
Sabemos que cada año es un Año Internacional de Algo (en realidad, de varias cosas....[1]) y casi siempre es un tema que es relevante para las montañas. Este 2015 no será diferente, este fue declarado por las Naciones Unidas como "Año Internacional de los Suelos" y también como "Año Internacional de la Luz". En ambos temas ¡los Andes son campeones!
La luz solar es más fuerte donde la distancia de la tierra al sol es menor y mayor la altitud, porque allí existe menor difusión atmosférica. Por esto, en las altas montañas del trópico existe una mayor irradiación. En teoría, la punta del Chimborazo (que, a pesar de no ser la montaña más alta del planeta, es el punto más cercano al sol por la forma elíptica de la tierra) es el candidato ideal para ser el punto con más luz; sin embargo, gracias a la menor humedad en la atmósfera de los Andes secos, el altiplano entre Perú, Bolivia, Chile y Argentina recibe este honor[2]. Pero las diferencias no son grandes y en realidad, toda la región de los Altos Andes es una zona altamente iluminada.
El suelo es, por supuesto, el sustrato clave para el sustento de la agricultura, y por ello, de la productividad, de la seguridad alimentaria y de la cultura Andina. Sin embargo, la singularidad de los suelos de los Andes generalmente no es tan valorada. Varios estudios han enfatizado que por la combinación de factores geomorfológicos y climáticos, ciertos suelos andinos pueden acumular grandes cantidades de materia orgánica y llegar a tener una profundidad enorme, de hasta varios metros; razón por la cual, estos suelos sirven de esponja natural que regula el agua en gran parte de los Andes. Además, tienen tanto carbono acumulado que son un sumidero natural para gases de efecto invernadero. En realidad el suelo negro y profundo de los páramos y bofedales andinos tiene aún más carbono acumulado que una selva tropical [3][4].
He aquí dos razones para que este año también se deba celebrar en los Andes. ¡Estamos en la zona con mayor cantidad de luz en el mundo y con los suelos más importantes del continente!
Espero que se logre, a través de iniciativas como la declaración de Años Internacionales temáticos, seguir atrayendo atención a nuestro paisaje de suelos profundos y de mucha luz. ¡Que sea un año profundamente iluminado para las montañas y sus habitantes!
[1] Años Internacionales NNUU. (http://www.un.org/es/events/observances/years.shtml)
[2] Where on Earth has the highest UV? (https://www.niwa.co.nz/sites/niwa.co.nz/files/import/attachments/Liley_2.pdf)
[3] Andean soils keep carbon out of the atmosphere (http://www.new-ag.info/en/focus/focusItem.php?a=1800)
[4] Páramo, gran almacenador de carbono (http://www.condesan.org/ppa/node/2562?page=11)
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