Más presupuestos y mayor participación ciudadana para apoyar la agricultura familiar

Monday, 3 February, 2014 - 10:55

En el Año Internacional de la Agricultura Familiar, diferentes agencias de Naciones Unidas abogan para que los gobiernos latinoamericanos adopten políticas más afectivas para beneficiar a este sector, fundamental para la seguridad alimentaria y el bienestar rural en la región.

Organismos como el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), la Oficina Regional para América Latina y el Caribe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) sugieren acompañar las políticas ya adoptadas, con mayores presupuestos y mayor participación ciudadana.

Según el informe “Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas: una mirada hacia América Latina y el Caribe”, los países han asumido nuevos enfoques para apoyar la agricultura familiar en cuanto al combate de plagas, la variabilidad climática y la gestión de los recursos hídricos, al tiempo que modernizan sus instituciones para hacerlas más inclusivas.

En esta quinta presentación del documento, que analiza las tendencias y perspectivas de la agricultura y su contexto en la región, las agencias reconocen que la agricultura familiar se está posicionando como una prioridad en las agendas de varios países de América Latina y el Caribe, que están adoptando políticas públicas, pero que necesitan de apoyos más directos.

El informe cita algunos de ejemplos de cómo las naciones están apostando por el desarrollo agro familiar, incluso antes de oficializarse Año Internacional de la Agricultura Familiar, propuesto por el Foro Rural Mundial y respaldada por más de 360 organizaciones civiles y campesinas de todos los continentes.

Alguno de los ejemplos mencionados son los de Bolivia, destacando a la agricultura familiar como actividad de interés nacional, y el de Argentina, que direccionó cerca de 1,7 millones de dólares para impulsar la inscripción de agricultores familiares en el Registro Nacional de la Agricultura Familiar, y destinó unos 37,5 millones de dólares para apoyar el encadenamiento productivo de la agricultura familiar.

También se destacan las acciones en Costa Rica, que adoptó el Plan Sectorial de Agricultura Familiar 2011-2014, en Chile, que incrementó en 8,2% el presupuesto del 2013 para fortalecer la pequeña agricultura, en México, que implementó la iniciativa de inclusión social Cruzada Nacional contra el Hambre.

Además, se refiere a la iniciativa conjunta del Mercado Común del Sur (MERCOSUR), integrado por Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay, Venezuela y Bolivia, que reglamentó el Fondo de Apoyo a la Agricultura Familiar.

El documento concluye que, a pesar de las serias limitaciones productivas, comerciales y socioeconómicas que experimenta la agricultura familiar en la región, ésta entraña un gran potencial para aumentar la oferta de alimentos, así como para reducir el desempleo y sacar de la pobreza y de la desnutrición a la población más vulnerable de las zonas rurales de la región.

 A juicio de los organizadores, la celebración del Año Internacional de la Agricultura Familiar en 2014, constituiría una oportunidad única de desarrollar medidas que aseguren, a mediano y largo plazo, un desarrollo próspero y sostenible de la agricultura familiar y, consecuentemente, de los entornos rurales en todos los continentes, especialmente en los países en desarrollo.

En cada capítulo del informe las agencias involucradas en su realización presentan recomendaciones políticas que consideran necesarias para devolver dinamismo a la agricultura regional y para potenciar el desarrollo de los territorios rurales. En el caso de la agricultura familiar, recomiendan atender a la necesidad de implementar políticas intersectoriales que retengan a las nuevas generaciones de relevo, que fomenten la innovación y la gestión del conocimiento, así como desarrollar instrumentos que permitan su inserción exitosa en las cadenas de valor.

En cuanto a los beneficios de los bosques para la pequeña agricultura, recomiendan considerar el control de la deforestación como prioridad, ya que la deforestación resta oportunidades de desarrollo a las poblaciones rurales al privarlas de importantes medios de vida. Además, destacan la necesidad de promover medidas de adaptación al cambio climático, la valorización de los servicios ambientales asociados a los bosques y sanear la tenencia de la tierra para promover el manejo de bosques y otras actividades forestales. 

Fuente: SuissLatin | AgroNoticias ALC

Fundación Agreste

 

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