Argentina: Oportunidades productivas forestales para el desarrollo territorial
Por Fundación Agreste, corresponsal de InfoAndina
En la Argentina, la producción maderera presenta un potencial con fuerte impacto en el Producto Bruto Interno (PBI) de ciertas regiones. En la provincia de Misiones, por ejemplo, el sector forestal genera alrededor del 50% del PBI. Si bien la producción y la investigación están orientadas principalmente a los bosques implantados y a la industria celulósica-papelera, la de menor escala (aserrado y productos madereros) se presenta como una oportunidad adicional para industrializar la ruralidad.
Los bosques nativos de la Argentina involucran alrededor de 30 millones de hectáreas, según el Inventario Nacional, actualizado periódicamente por la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación.
Esa superficie se distribuye en las distintas ecorregiones del país: Selva Misionera, Selva Tucumano-Boliviana o Yungas, Parque Chaqueño, Monte Espinal y Bosques Andino Patagónicos. Algunos de sus beneficios son intangibles y, por lo tanto, difíciles de valorar en términos económicos. Entre otros bienes y servicios que proporcionan, son fuente de agua, de biodiversidad, de regulación climática y de provisión de servicios ecosistémicos (polinización, resguardo y formación de suelos, protección de cuencas hidrográficas), que resultan muy importantes para la vida cotidiana de las poblaciones rurales.
La necesidad de procesar la producción en un radio de entre 30 y 60 kilómetros (por su volumen y peso) determina que el agregado de valor sea en origen y tenga un fuerte impacto sobre el empleo local. Según indica Hugo Fassola, técnico de la Estación Experimental Montecarlo del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA Montecarlo, Provincia de Misiones) “toda la industria del aserrado y la transformación mecánica de la madera son procesos discontinuos, entonces ocupan mucha mano de obra”. A escala nacional se estima que el sector emplea entre 250 y 300 mil personas. “Es una producción que promociona el desarrollo territorial, al que apunta el INTA”, agregó el especialista.
Cuando el avance de la explotación de la madera o de la frontera agropecuaria se hace sin un sentido técnico, puede tener consecuencias graves y poner en riesgo la integridad del bosque. Daniel Somma, Director del Centro Regional del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) en Buenos Aires Norte, advirtie que “la disminución de las masas forestales y la fragmentación del bosque tienen una consecuencia integral sobre la flora, la fauna y la estabilidad de las cuencas hídricas”. En este sentido, recomendó “ser particularmente cuidadosos y no considerar al bosque nativo como un espacio de ampliación de la frontera agropecuaria, salvo en algunas zonas muy particulares donde no entren en riesgos la continuidad de la producción de bienes y servicios ecosistémicos”.
En la Argentina hubo mucha inversión en investigación orientada a las plantaciones forestales de especies exóticas y nativas y, en la actualidad, los organismos del sistema nacional de ciencia y técnica concentran sus esfuerzos en el manejo del bosque nativo.
Con respecto al uso sustentable, los especialistas señalan que es necesario intensificar la investigación en cuanto a programas de silvicultura con prácticas de manejo forestal del bosque nativo, porque hay un potencial de producción forestal, maderera y de productos no maderables del bosque, que hasta el momento ha sido subutilizado.
Fuente: AgroValor
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