El cambio climático aumenta plagas de bosques en Chile

Lunes, 13 Mayo, 2013 - 10:46

Es una suerte de suicidio “estratégico”, una medida “desesperada” para salvar al resto de la especie. Cuando el roble es atacado por plagas como el escarabajo de ambrosia, deja de suministrar agua a las ramas donde se aloja el insecto. Y si bien el ejemplar muere, evita que el resto del bosque se contamine. Así la propia naturaleza se defiende para sobrevivir del ataque de plagas, muchas de las cuales están aumentando como resultado del incremento de temperaturas que afecta a nuestro planeta.

 

No sólo se registra un aumento de poblaciones de insectos que dañan las plantaciones de árboles, como el escarabajo de ambrosia, el gorgojo del eucalipto, la avispa taladradora de la madera y la polilla del brote del pino, sino que en muchos casos el ciclo de reproducción ha aumentado de uno a dos ciclos por año: si en los años 70 se registraban 10 plagas que atacaban especies como el pino radiata, hoy se identifican más de 30 que la afectan.

 

Afortunadamente, los bosques no están solos en su lucha contra las plagas: Chile ya cuenta con tres laboratorios para producir biocontroladores, pequeños parásitos que se introducen en las plagas para neutralizarlas y salvar, de esta manera, hectáreas de bosques que de otra forma se perderían. El último de estos fue inaugurado hace poco más de una semana por CONAF en el Centro de Semillas, Genética y Entomología Forestal, en Chillán, que se encargará de producir un biocontrolador para la avispa de la madera del pino, una de las principales plagas que afecta a las plantaciones de pino radiata en nuestro país en los últimos tiempos.

 

Aumento de temperaturas

“La situación actual es, más que nunca, propicia para la aparición de nuevas plagas y enfermedades: los cambios asociados a la globalización, en particular el incremento de los intercambios económicos, y la modificación del clima representan serios factores de riesgo para la sanidad de nuestros bosques”, explica el director ejecutivo de CONAF, Eduardo Vial. Según agrega Aída Baldini, gerente forestal de CONAF, al elevarse la temperatura, insectos y parásitos se desarrollan más rápido y necesitan consumir más recursos.

 

El problema afecta a plantaciones comerciales ubicadas principalmente entre la IV y la IX Región. En el caso del eucalipto, por ejemplo, se estima que unas 500 mil hectáreas han sido afectadas por el gorgojo. En total, se contabilizan cinco plagas de importancia económica para el recurso forestal en Chile, las que están siendo sometidas a control biológico. En el caso del eucalipto, por ejemplo, se espera poder controlar unas 70 mil hectáreas utilizando especies de parásitos que se alojan en los huevos de las plagas.

 

Bosque nativo

Pero el problema no sólo está afectando a las especies de mayor valor comercial, sino que comienza a atacar también a especies de bosque nativo como el roble, el raulí y la lenga. Baldini cuenta que en el caso del escarabajo de ambrosia, por ejemplo, se trabajó durante una década dando seguimiento a esta plaga, un insecto que mide apenas unos milímetros, pero que es capaz de causar daño al árbol ascendiendo hasta los 17 metros de altura.

 

De las cinco especies de estos insectos descritas para Chile hace una década, se comprobó que han aumentado a 19 especies de escarabajo ambrosia, fenómeno que también estaría ligado al aumento de temperatura como resultado del cambio climático.

 

Otro ejemplo de la increíble capacidad de adaptabilidad de las plagas ante el aumento de temperatura es el de un nemátodo chileno que habita en el suelo, en condiciones de humedad. En años secos, este parásito aprendió a colocar sus huevos en las larvas de los escarabajos san juanes, que se depositan en el suelo. Una vez que éstos eclosionaban, volaban a los árboles, diseminando el nemátodo que encontraba en las hojas de los árboles la humedad necesaria para sobrevivir. “No hay nemátodos que ataquen a los árboles, pero la sequía obliga al insecto a buscar nuevos ambientes: logró subir 20 metros sobre el suelo para vivir”, explica Aída Baldini.

 

Contar con laboratorios de punta, como el que se inauguró recientemente en Chillán para producir biocontroladores, cobra mayor importancia si consideramos que un estudio elaborado en 2007 por el Departamento de Geofísica de la U. de Chile señala que las temperaturas en el centro y sur del país subirán entre 1°C y 4°C hacia finales de siglo, mientras que las precipitaciones se reducirán entre un 20% y un 25%.

 

Fuente: Diario La Tercera

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