Los bosques: sistemas vitales para un futuro sostenible

Miércoles, 26 Junio, 2013 - 10:34

Por Fundación Agreste, corresponsal de InfoAndina

 

El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria de la Argentina (INTA) presenta un aporte  para hacer frente al cambio climático sin avanzar sobre los bosques.

 

Al igual que el suelo y el agua, los bosques nativos son sistemas vitales. Si los aprovechamientos forestales no están bien manejados, degradan el bosque: le quitan cantidad de árboles y se pierde calidad ambiental y productiva. Uno de los desafíos más importantes que la sociedad debe enfrentar en el siglo XXI es encontrar soluciones que permitan mitigar ese proceso sin impedir el avance de los niveles de bienestar y desarrollo humano.

 

Los bosques nativos forman parte del sistema climático y, según explica Pablo Laclau, investigador forestal del INTA delegación Balcarce, constituyen “un sumidero de carbono capaz de hacer frente al cambio climático, ya que fijan una parte importante del CO2 que la actividad industrial, la ganadería y la propia deforestación liberan a la atmósfera”. Mientras tanto que, “el reemplazo y la degradación de los bosques son fuentes de emisión de ese gas”, comenta el especialista.

 

Según el Cuarto Informe de Evaluación del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), durante los últimos 50 años, las temperaturas de la superficie de la Tierra aumentaron al doble de velocidad que lo observado durante la primera mitad del siglo XX.

 

Graciela Magrin, experta en Cambio Climático del INTA delegación Castelar y participante del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) por la Argentina, en gran parte, la deforestación mundial está supeditada “a la extensión de la frontera agrícola que también se relaciona con el aumento de la demanda mundial de alimentos y de biocombustibles, lo que desencadena una presión muy fuerte sobre los sistemas forestales”.

 

Según José Graziano Da Silva, Director General de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), “la incorporación de los bosques en toda estrategia de futuro sostenible no es optativa, sino obligatoria” y deben aplicarse en todo el mundo prácticas de “manejo forestal sostenible”, basadas en la idea de que todo árbol utilizado debe sustituirse por otro nuevo. El funcionario señaló que “la deforestación deja de ser un problema grave en la mayor parte de los países que han alcanzado cierto nivel de desarrollo económico y han adoptado prácticas forestales acertadas sobre la base de compromisos políticos”.

 

Dado que en muchos casos la conservación de los bosques nativos debe enfrentarse a las necesidades derivadas de la pobreza, Tomás Schlichter, coordinador de investigación forestal del INTA, aseguró que “la única manera de preservar su integridad es agregar valor a los productos que se extraen de él”. Un ejemplo de esto es la situación de los Bosques Andino Patagónicos, que no sufren la presión de la deforestación porque son una fuente de turismo invaluable. Frenar la deforestación “no es únicamente cuestión de prohibir, sino que hay que darle valor económico al bosque”, agrega el especialista.

 

Para Daniel Somma, director del Centro Regional Buenos Aires Norte del INTA mantener la integridad del bosque, sobre todo en lo que respecta al funcionamiento de las cuencas hidrográficas, implica aumentar la eficiencia de la superficie destinada a las actividades agrícolas, “sin pensar en el incremento de tierra dedicada a la producción agropecuaria a expensas de las tierras forestales”.

 

El desafío que se presenta a escala mundial es manejar la producción de alimentos sin generar debilitamiento de suelos ni avanzar sobre los bosques y, complementariamente, recuperar los que se han perdido mediante la plantación de especies forestales nativas y otras técnicas que conduzcan a la restauración forestal.

 

Con un conjunto de buenas prácticas silviculturales es viable implementar sistemas productivos sustentables para el bosque nativo y encontrar alternativas tecnológicas para que el ganado conviva con el sistema forestal sin deteriorarlo. El INTA trabaja activamente en “buscar tecnologías apropiadas de uso silvopastoril, que permitan ubicarse en una situación de transición en la que no se pierdan las propiedades fundamentales de un bosque: la infiltración del agua, la fotosíntesis, la captura de carbono, la supervivencia de muchas especies de invertebrados o mamíferos que forman parte de la cadena ecológica, el agua, la contención de la erosión”. El instituto trabaja en todo el país en estos proyectos, que además de mitigar el cambio climático, permiten sostener economías regionales.

 

 

Fuente: Prensa INTA (publicado por Agrovalor)

 

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