Promoción de las Energías Renovables en Argentina
Por Marisa Young
Corresponsal de Fundación Agreste para InfoAndina
Por la gran diversidad de condiciones climáticas, así como de terrenos y recursos naturales, con los que cuenta la Argentina, si se lo propone, podría suplir la totalidad del consumo eléctrico con energías limpias y renovables.
El progresivo encarecimiento de las energías convencionales está brindando importantes oportunidades de desarrollo para las energías renovables. Argentina ha experimentado una importante expansión en el desarrollo las energías renovables y ya cuenta con parques eólicos, proyectos de central termosolares y varias centrales de energía solar fotovoltaica.
En un rápido vistazo se podría caracterizar a cada región del país según las potencialidades de desarrollo de energías limpias y renovables: a lo largo de la Cordillera de los Andes, los pequeños emplazamientos hidroeléctricos, aprovechando los ríos que la recorren; en la Patagonia, se aprovechan los vientos en la generación de energía eólica; en Cuyo, se concentran los parques solares, por la magnitud de radiación solar recibida en combinación con las horas de insolación; la región Pampeana tiene los biocombustibles y el biogás, por su cercanía a los polos productores de la materia prima (residuos de cosecha o los rellenos sanitarios). Claro está que, más allá de esta clasificación general, también existen proyectos eólicos y solares en la región pampeana y en la cordillera, o proyectos eólicos, solares y geotérmicos en la cordillera.
Este desarrollo se ha dado especialmente en los últimos años, impulsado por la legislación nacional que estipula la mezcla obligatoria de combustibles líquidos con biocombustibles y establece que el 8% de la electricidad consumida en el país para 2016 debe provenir de diversas fuentes renovables.
En el año 1998 se sancionó la Ley Nacional N° 25.019, que declara de interés la generación de energía eléctrica de origen eólico y solar, establece la conformación de un Fondo Fiduciario de Energías Renovables destinado a la promoción por 15 años de los proyectos de instalación de sistemas de producción eléctrica a partir de estas fuentes.
En el año 2006 se sancionó la Ley Nacional Nº 26.093 disponiendo el Régimen de Promoción para la Producción y Uso Sustentables de Biocombustibles con una vigencia de 15 años a partir de su publicación. La Ley comprende por biocombustibles al bioetanol, biodiesel y biogás que se produzcan a partir de materias primas de origen agropecuario, agroindustrial o desechos orgánicos, y establece que a partir del 2010 todo combustible líquido caracterizado como gasoil o diesel oil que se comercialice dentro del territorio nacional deberá ser mezclado con la especie de biocombustible denominada "biodiesel", en un porcentaje del 5% como mínimo y de la misma manera ocurre con el combustible líquido caracterizado como nafta. En cuanto a los beneficiarios de este Régimen de promoción la ley prioriza a las pequeñas y medianas empresas (PyMEs), los productores agropecuarios y las economías regionales a través de cupos de distribución. Durante los 15 años de vigencia de Régimen de Promoción estos productores gozarán de beneficios en el Impuesto al Valor Agregado (IVA), el Impuesto a las Ganancias y la adquisición de bienes de capital. Además, los bienes afectados a los proyectos aprobados no integran la base de imposición del Impuesto a la Ganancia Mínima Presunta, así como el biodiesel o bioetanol producidos no estarán alcanzados por la tasa de Infraestructura Hídrica y el Impuesto sobre los Combustibles Líquidos y el Gas Natural. Esta Ley también contempla que todos los proyectos calificados y aprobados son alcanzados por los beneficios que se prevén en los mecanismos del Protocolo de Kyoto de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (UNFCCC).
El punto que ha planteado algunos cuestionamientos es el del Artículo 16 inciso 5 en el que la ley establece que la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos, promoverá aquellos cultivos destinados a la producción de biocombustibles que favorezcan la diversificación productiva del sector agropecuario. La preocupación principal es que el auge por la demanda implicara una presión en la región pampeana para extender la frontera agrícola, lo que traería no sólo con impactos ambientales por la tala de bosques, el mal uso del suelo y la pérdida de biodiversidad, sino también tendría consecuencias sociales que acrecentarán un modelo de agricultura concentrador que elimina a productores pequeños y extranjeriza la tierra. Por otra parte se visualiza la aparición de los biocombustibles como una nueva e importante fuente de demanda de algunos productos básicos agrícolas (el maíz, el azúcar, las semillas de oleaginosas y el aceite de palma) que contribuiría al aumento de los precios de los productos agrícolas en general, y de los recursos usados para producirlos, impactando en las poblaciones rurales económicamente vulnerables.
También en el año 2006 se sancionó la Ley N° 26.190 que declara de interés nacional la generación de energía eléctrica a partir del uso de energías renovables con destino a la prestación de servicio público, así como la investigación para el desarrollo tecnológico y fabricación de equipos. El objetivo es logar la contribución de fuentes de energía renovable hasta alcanzar el 8% del consumo de energía nacional en un plazo de 10 años. Define las energías renovables como fuentes de energías no fósiles, eólica, solar, geotérmica, mareomotriz, biomasa, gases de vertedero y gases de plantes de depuración. En el caso de los proyectos hidroelécticos establece como límite de potencia de 30 MW, y en el caso de biogás integra los casos no contemplados en la Ley de Biocombustibles. En este caso se crea un Régimen de Inversiones cuyos beneficiaros son los titulares de inversiones y concesionarios de las obras aprobadas cuya producción esté destinada al Mercado Eléctrico Mayorista (MEM) o la prestación de servicios públicos, y obtendrán también los beneficios en tasas e impuestos al igual que los beneficiarios de la Ley de Biocombustibles.
De esta forma, con la nueva legislación, Argentina se incorporó al grupo de países pioneros en materia de una mayor institucionalización del sector, a través del estímulo de la producción doméstica y la creación simultánea de un fuerte mercado interno de energías renovables.
Para contribuir a alcanzar estos objetivos, la Secretaría de Energía, a través de ENARSA (Energía Argentina Sociedad Anónima), estableció el Programa GENREN que en una primera etapa adjudicó la compra por 15 años de 895 MW de electricidad que cubrirán casi la tercera parte de la meta fijada para 2016, de los cuales 754 MW corresponden a generación eólica y el resto se distribuye entre biomasa, pequeños aprovechamientos hidroeléctricos y energía solar fotovoltaica.
ENARSA (Energía Argentina Sociedad Anónima), a través del Área de Energías Renovables, investiga, promueve y desarrolla constantemente la viabilidad de proyectos de generación de electricidad y producción de combustibles con fuentes renovables de energía, promoviendo el desarrollo tecnológico e industrial en las áreas de la energía solar y eólica, biomasa, pequeños aprovechamientos hidroeléctricos, energía geotérmica, mareomotriz, entre otras.
Más allá de la legislación, ya en 1994 se instaló el primer parque eólico en Comodoro Rivadavia. Si bien fue uno de los primeros del mundo, la explotación recién se ha ido despegando en los últimos años debido a que antes el tendido de cables de alta tención no estaba preparado. La potencia instalada existente en Argentina aumentó de 26,5 MW en el año 2003 a 141,8 MW en 2012, un incremento del 435%.
Este es el resultado de los nuevos parques eólicos en la Provincia de La Rioja en el Noreste Argentino (Parque Arauco: 25,2 MW) y en la Provincia del Chubut, en el Sur Argentino (Parque Rawson: 77,4 MW; Parque El Tordillo: 3,0 MW y Parque Diadema: 6,3 MW).
Este desarrollo de las energías también promueve el desarrollo de las empresas que proveen las tecnologías. Hace unos años los insumos en general se importaban pero actualmente existen medianas y grandes empresas nacionales que fabrican, por ejemplo, los aerogeneradores con componentes locales.
En el caso de la energía solar fotovoltaica las mediciones solares muestran que 11 de las 23 provincias argentinas tienen alto potencial para la instalación de paneles fotovoltaicos. La provincia de San Juan viene apostando por la energía solar, cuenta con proyectos a largo plazo de investigación y con la intención de fabricar paneles solares in situ. Se instalarán allí cinco plantas solares a lo largo de este año y se efectuó una licitación internacional para construir el primer parque solar de Sudamérica.
También se aprobaron cinco pequeños aprovechamientos hidroeléctricos por 10,6 MW, en Mendoza, Catamarca y Jujuy. La energía hidroeléctrica es actualmente la fuente más importante en renovables aunque no siempre los proyectos hidroeléctricos son sinónimo de energía limpia y amigable con el medioambiente. Los proyectos a gran escala, por ejemplo, llamados de acumulación, requieren de agua embalsada por un dique y suelen destrozar el ecosistema que los rodea. En cambio, los pequeños aprovechamientos hidroeléctricos se valen de la fuerza de la corriente del río, y se los suele llamar "de paso". Estas turbinas pequeñas son más fáciles de construir y de mantener.
Argentina tiene cuatro puntos donde podría generarse energía eléctrica a partir de la geotermia: Tuzgle (Jujuy), Valle del Cura (San Juan), Copahue y Domuyo (Neuquén). La provincia de Neuquén ya ha adjudicado a una empresa inversora el proyecto de construcción y explotación de una planta de energía eléctrica geotérmica en Copahue.
También se desarrollan proyectos destinados a la generación de electricidad con biomasa a partir de fuentes agro-foresto-industriales, entre ellas, cáscaras de arroz, de maní, residuos de la actividad forestal y de las industrias azucarera y aceitera. A su vez, existen proyectos para la generación de biogás en base a deyecciones animales y Residuos Sólidos Urbanos (RSU), también incluidos entre las licitaciones del Programa GENREN.
Por otra parte, en materia de Biocombustibles, Argentina es el cuarto productor y el primer exportador mundial de biodiesel, concentrando más de 10% de la producción global; el principal es el que se obtiene a partir del aceite de soja.
La producción de bioetanol, realizado en los ingenios azucareros del Noroeste del país, se ha duplicado en los últimos cinco años y el consumo local creció a una tasa de 34% por año entre 2005 y 2010.
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