Peligran los ecosistemas montañosos

Thursday, 19 December, 2013 - 09:32

El 11 de diciembre, Día Internacional de las Montañas, Naciones Unidas convocó a proteger y a garantizar el desarrollo sostenible en esos ecosistemas del planeta donde habitan 720 millones de personas, y que constituyen, además, fuentes de agua dulce, energía y alimentos, recursos que serán cada vez más escasos debido al calentamiento global.

Según la ONU, las montañas abarcan el 27% de la superficie de la Tierra y proporcionan agua dulce a la mitad de la población mundial, debido principalmente a la gestión del agua y del suelo practicada por millones de agricultores. Las montañas son también reservorios de diversidad biológica y los campesinos que las habitan han sido los custodios de este valioso patrimonio genético, que les ha permitido nutrir a sus familias durante siglos.

Pero las montañas “no sólo aportan el sustento y el bienestar a cerca de 720 millones de personas que viven en ellas, sino que además benefician indirectamente a miles de millones que residen en las tierras bajas”, destacó la ONU en el Día Internacional de las Montañas establecido por la Asamblea General en 2002.

La ONU declaró al 2002 como Año Internacional de las Montañas, y en 2004 comenzó a dedicar el Día Internacional a temas específicos como la paz, la seguridad alimentaria, la biodiversidad, el cambio climático y los pueblos indígenas, entre otros. Este año la jornada se centró en el papel de las montañas en el futuro sostenible de la humanidad. Naciones Unidas considera a las montañas frágiles ecosistemas por su vulnerabilidad al cambio climático, la deforestación, la degradación de los suelos y los desastres naturales.

Los bosques de las montañas cubren más de nueve mil millones de kilómetros cuadrados, es decir el 28% de la superficie mundial de monte cerrado, pero estos ecosistemas tan peculiares están desapareciendo. Casi el 90% de los bosques higrofíticos nubosos de los Andes septentrionales se ha perdido, y en esa zona se ha deforestado el 98% de la superficie anteriormente cubierta por el queñual, el árbol que crece a mayor altura en la Tierra, alerta el informe “Bosques de montaña en un mundo cambiante” elaborado por la Secretaría de la Alianza para las Montañas y la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación.

Las altas temperaturas, los incendios forestales, el crecimiento demográfico y la inestabilidad en materia de combustibles son los causantes de tal degradación. También las presiones demográficas y la expansión de la agricultura intensiva han empujado a pequeños agricultores hacia zonas marginales y laderas empinadas, con la consiguiente pérdida de masa forestal.

Millones de pobladores de las zonas montañosas del orbe padecen inseguridad alimentaria, y la mitad de ellos sufre hambre crónica, advirtió la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en un informe divulgado con motivo del Día Internacional de las Montañas.

La FAO remarcó que la agricultura familiar en esas regiones experimenta una rápida transformación debido al crecimiento demográfico, la globalización económica, la difusión de estilos de vida urbanos y la migración de hombres y jóvenes a las ciudades. Ello supone un aumento de la carga de trabajo para las mujeres, mayor presión sobre los recursos locales y mayor vulnerabilidad de los agricultores frente a los cambios globales.

Al mismo tiempo, subraya el informe de la FAO, estos cambios también pueden abrir oportunidades para el desarrollo local a través de la diversificación de los ingresos participando en actividades no agrícolas como el turismo y la comercialización de la artesanía. De ahí que garantizar la tenencia de la tierra, proveer acceso a los recursos para las explotaciones familiares, y mejorar las infraestructuras básicas son algunas de las soluciones clave para enfrentar la emergencia climática.

El subdirector general de Bosques de la FAO Eduardo Rojas-Briales insistió en la importancia de elevar el perfil de los agricultores de zonas montañosas, ya que apoyarlos con un entorno normativo propicio beneficiará tanto a la población de montaña como a la que vive en las tierras bajas. Recalcó que la tenencia segura de la tierra, mejorar el acceso al crédito, el empoderamiento de las mujeres y la inversión pública en educación, sanidad, transporte e investigación son algunos de los requisitos claves necesarios para promover la agricultura familiar sostenible en las regiones montañosas.

Las naciones vulnerables

Los ecosistemas de montaña, como los páramos, humedales de altitud y bosques nublados, se encuentran entre los ecosistemas más sensibles a los cambios climáticos. Por ejemplo, las flores de montaña podrían extinguirse en décadas, señala un estudio difundido por la revista Nature Climate Change.

Los arbustos se expanden hacia las montañas arrinconando a especies como la flor de las nieves, que vive en los Alpes suizos. Estas plantas se han adaptado a vivir a entre dos mil y tres mil metros de altura, sus hojas son de color verde azulado para reflejar la luz del sol y algunas tienen una especie de pelos que evitan su enfriamiento.

Aunque estas plantas pueden desplazarse hacia lugares más altos a través de la dispersión de semillas, muchas ya se encuentran cerca de la cima y la adaptación es un proceso lento en comparación con la rapidez de los cambios de temperatura. Por ejemplo, en Sierra Nevada, Andalucía, España, muchas especies endémicas se encuentran cerca del pico de las elevaciones y sus posibilidades de “escape” son cada vez menores.

De acuerdo con Michael Gottfried, uno de los autores principales de la investigación, no se esperaba hallar cambios tan bruscos en un período breve de tiempo. Por ello, para las plantas de montaña la única opción es la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y para preservarlas solo se tiene para actuar entre 10 y 20 años, enfatizó el científico.

En una reciente conferencia internacional acerca de los efectos del calentamiento en los países montañosos se conoció que de una veintena de naciones con montañas de cuatro mil o más metros de altura, solo en el sur de Asia unos cinco millones de personas ven amenazada su supervivencia. Convocada por el gobierno de Nepal, la conferencia propició el intercambio de experiencias entre las naciones montañosas, que cubren cerca de la cuarta parte de la superficie emergida del planeta y reúnen al 13% de la población mundial.

La fragilidad de las montañas ante el cambio climático es claramente perceptible en la pequeña nación del Himalaya, la cuarta más vulnerable al fenómeno, pese a que solo libera a la atmósfera el 0,025% de las emisiones globales de carbono. De igual forma, en la subregión andina sudamericana el cambio climático es una realidad desde hace más de 30 años.

En el primer foro regional de la “Iniciativa Estratégica sobre los Impactos del Cambio Climático, Adaptación y Desarrollo en las Regiones Montañosas” realizado en Santiago de Chile se plantearon varias recomendaciones y estrategias para preservar los ecosistemas montañosos. Es necesario reconocer la importancia ambiental de estos ecosistemas porque son de los más relevantes reservorios y reguladores de agua del mundo, afirmó en la oportunidad el Coordinador de la Alianza para las Montañas Olman Serrano.

Los expertos de Argentina, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, México y Perú también consideraron necesario fortalecer las capacidades institucionales en los países de la región; contar con estudios de valoración económica y servicios ecosistémicos, y fomentar la investigación en las zonas altas.

Fuente: Bolpress

Work regions: 
Mountain Ranges: 

Facebook comments

randomness