Argentina: Forrajera nativa para zonas áridas

Miércoles, 3 Julio, 2013 - 12:17

Por Fundación Agreste, corresponsal de InfoAndina

 

Un equipo de investigadores del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), integrado por especialistas de la delegación Pergamino y de las provincias argentinas de La Rioja y Catamarca, presentaron la primera variedad forrajera nativa para el Chaco árido.

 

Se trata de Chamical INTA, recientemente inscripta en el Registro Nacional de la Propiedad y en el Registro Nacional de Cultivares del Instituto Nacional de Semillas (INASE). Esta variedad se destaca por su tolerancia a bajas precipitaciones, elevado potencial forrajero, muy buena aptitud para el pastoreo directo y adaptación a suelos salinos y arcillosos.

 

“Apostamos al mejoramiento de variedades nativas, para que el productor tenga una alternativa para recuperar áreas degradadas”, comenta Pedro Namur, especialista en pasturas de la Delegación La Rioja del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA-La Rioja),  y uno de los obtentores del nuevo cultivar. Además, destacó que se trata de una opción interesante “para aumentar la producción de carne por hectárea”.

 

Se trata de una gramínea megatérmica, que crece en el verano con el aporte de las lluvias. Se desarrolla muy bien en suelos pesados, con alto contenido de arcilla y salinos. Por otro lado, es eficiente en el uso del agua debido a que resiste a bajas precipitaciones y altas temperatura.  “En áreas donde las precipitaciones se registran por debajo de los 350 milímetros anuales, este cultivar podría tener ventajas competitivas respecto a otras megatérmicas introducidas”, indica Pedro Namur.

 

De acuerdo con Adriana Andres, especialista en especies y cultivares forrajeros de la Delegación Pergamino (Buenos Aires) del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA-Pergamino), esta variedad está adaptada a las condiciones de clima y suelos de Chamical (La Rioja), “la seleccionamos por su producción de forraje, semilla y tolerancia a sequía y frío”.

 

Se conformó un lote de producción de semillas en la Estación Experimental Agropecuaria de la Delegación La Rioja del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (EEA-INTA-La Rioja) y luego de años se generó una población estable denominada Chamical INTA.

 

Para Emiliano Quiroga, especialista en pasturas de la Delegación Catamarca del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA- Catamarca), esta variedad “es una interesante alternativa ecológica para frenar los procesos de degradación”.

 

Con rendimientos promedios que rondan los 2.500 kilogramos de materia seca por hectárea, soporta bien el pastoreo y presenta buenos niveles de calidad de forraje. Sus contenidos de proteína bruta van de 13% en hojas verdes a 7% en hojas secas. “Comparado con otras pasturas los valores son similares, aunque su potencial está en la capacidad de enfrentar períodos de escases hídrica”, expresa Emiliano Quiroga.

 

Entre las ventajas comparativas, los especialistas coinciden en que al ser una especie nativa, se adaptada muy bien a las condiciones ambientales de la región y casi no tiene plagas ni enfermedades que afecten los rendimientos. Además, Chamical INTA es una variedad que se fecunda a sí misma (autógama), perenne, con un ciclo de crecimiento de seis meses (noviembre-abril) y de floración de cuatro meses (diciembre-abril).

 

“Fenotípicamente, el cultivar presenta láminas sin pubescencia de 8,3 centímetros de largo y 20 milímetros de ancho. Su panoja está formada por un fascículo de 15 racimos por inflorescencia, con un largo de 9,9 centímetros y es de color pajizo claro a la madurez. La caña floral alcanza un largo promedio de 40,2 centímetros con nudos de color marrón oscuro. El peso de mil semillas es de 0,1328 gramos y, en condiciones de secano, el rendimiento de semillas es de 392 kilogramos por hectárea”, explica Adriana Andres.

 

La inscripción en el Registro Nacional Cultivares y en el Registro Nacional de la Propiedad de Cultivares del Instituto Nacional de Semillas (INASE) es para destacar debido a que no existen antecedentes en el país de desarrollo de descriptores morfológicos e inscripción de gramíneas nativas. En el caso de Chamical INTA, el registro para inscripción fue elaborado por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), y esto constituye un gran aporte para la protección del germoplasma nativo.

 

 

Fuente: INTA (publicado por AgroValor)

 

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