Argentina trabaja en recuperar fruto del algarrobo

Jueves, 4 Abril, 2013 - 12:50

Por Fundación Agreste para InfoAndina

 

El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) trabaja en la recuperación de la Algarroba mediante técnicas actuales pero sin perder las tradiciones.

La Algarroba es el fruto del algarrobo, árbol tradicional del Norte Argentino. Esta leguminosa se destaca por su alto contenido en hidratos de carbono y proteínas, y bajo contenido en grasas.

Javier Rovira, jefe de la delegación Lules, en la Provincia de Tucumán, del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) indica que “es un producto noble, apto para celíacos (pues no posee gluten) y para diabéticos (contiene azúcares de disponibilidad lenta) que merece ser recuperado dado su alto valor nutritivo y gran disponibilidad en el norte de nuestro país”.

A partir del secado y molienda de las vainas, las familias productoras obtienen la harina de algarroba que permite elaborar todo tipo de panificados. Además, con las vainas se producen bebidas tradicionales como la añapa (una especie de licor), la aloja y el arrope.

Algunos productores van más allá y logran productos más elaborados como bombones, alfajores, café o cacao de algarroba. “Son las propias familias quienes van elaborando nuevas recetas y pasándose los secretos entre ellas. Este tipo de productos se venden muy bien en las ferias artesanales y son una muy buena alternativa como una salida laboral” aseguran los técnicos del INTA.

Desde el Programa ProHuerta del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) se trabaja en las posibles mejoras en el proceso de producción, transformación y venta del cultivo mediante la preservación de los recursos naturales y la calidad de vida de las comunidades productoras.

La Algarroba es un cultivo nutritivo, con una enorme potencialidad en sus diversos usos y aprovechamiento, que se halla en los secretos transmitidos de generación en generación por antepasados de los pobladores del monte nativo. Comer algarroba es recuperar tradiciones, es sentir en cada ración esos sabores que hicieron a la patria, que vienen desde la tierra.

“Hay una tendencia mundial hacia una alimentación más saludable”, explica José Luis Giménez Monge, jefe de la división legumbres y cultivos extensivos del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) en la Provincia de Salta. “Los consumidores demandan cada vez más productos naturales y funcionales. Este contexto favorece ampliamente a los cultivos de quinua, chía y algarroba”.

Marta Farias, técnica del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) perteneciente a  ProHuerta en la Provincia de Santiago del Estero, asegura que se trata de un cultivo “con una enorme potencialidad íntimamente vinculado con los conocimientos ancestrales y la historia de la región”.

“La algarroba –cuenta Marta Farias– solía ser un producto muy usado por las antiguas generaciones de pobladores de la provincia (de Santiago del Estero) pero, con los años y la migración de los jóvenes a las grandes ciudades, se fue perdiendo su valor y usos”. Hoy más de 50 familias cosechan el fruto y comercializan sus derivados en ferias artesanales, “Hay una fuerte motivación, alegría y gran interés entre los productores por volver a los orígenes y rescatar la actividad”, asegura Marta Farías.

Karina Pastrana, referente regional del proyecto rescate y revalorización de especies nativas para la seguridad alimentaria del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) en  Santa María, Provincia de Catamarca, la recuperación de este fruto va más allá de lo nutricional “Es una buena manera de concientizar sobre el medio ambiente y la conservación del monte nativo, al tiempo que permite espacios de encuentro en familia en el que todos los integrantes comparten la recolección de las vainas secas al pie de los algarrobos en la hora de la siesta”.

Desde varias áreas del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), así como a través de la interacción con equipos de organismos nacionales, provinciales y con organizaciones de la Sociedad civil, se trata de recuperar y revaloriza la tradición tanto en la siembra, la cosecha y las preparaciones con Algarroba, ofreciendo desde capacitaciones para cada fase así como sobre sus cualidades nutricionales, hasta colaboración técnica y científica en materia la materia, apoyando también procesos de asociativismo entre productores para agregar valor a los productos.

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