Bosques contra el cambio climático

Lunes, 8 Agosto, 2016 - 09:10

La adopción de estrategias forestales sostenibles es muy importante para los países en desarrollo.

La mayoría de las personas son conscientes de que la tala de los bosques es un factor importante en el cambio climático, y de que, por el contrario, la conservación y el uso sostenible de las áreas forestales del mundo pueden contribuir significativamente a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.

El Acuerdo de París, adoptado en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático el año pasado, fue un punto donde se reconoció que los bosques son fundamentales en la lucha contra el cambio climático. Los científicos coinciden en que una gestión racional de los bosques y de la cubierta forestal contribuiría a combatir el calentamiento global. Para dar una idea, 120 plantones de árboles cultivados durante 10 años pueden secuestrar el carbono emitido por un auto conducido por un año.

La adopción de estrategias forestales sostenibles es especialmente importante para los países en desarrollo, dado que los mayores volúmenes de emisiones de carbono de los bosques se producen en el hemisferio Sur, principalmente debido a la tala de los bosques tropicales para dar espacio a la agricultura, y para sacar provecho de los ingresos procedentes de la explotación forestal.

Según las circunstancias, la plantación o la restauración de los bosques naturales, la reducción de la deforestación y el aprovechamiento sostenible de los bosques tienen un elevado potencial para reducir el ritmo del cambio climático. Sin embargo, otra opción interesante, y una de la que se habla menos, es la utilización de la dendroenergía y de los productos madereros para reemplazar diversos productos fósiles.

Un ejemplo de ello es el uso de madera como combustible, que se utiliza en aproximadamente un tercio de todas las familias del mundo para cocinar los alimentos, mientras que otros 764 millones de personas utilizan la madera como combustible para hervir y limpiar el agua.

En la actualidad existen estudios que demuestran que los productos madereros utilizados en la construcción dejan una huella de carbono menor que opciones como el hormigón, el metal, el plástico y los ladrillos, si se tiene en cuenta el ciclo de vida completo del producto. A la vez, las nuevas normas para el almacenamiento de carbono permiten a los países realizar un seguimiento de los productos madereros desde el principio hasta el final de su ciclo productivo.

El mundo está llegando a un punto de inflexión en las estrategias de desarrollo: ya no es necesario talar los bosques para producir más alimentos. Según un estudio de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) publicado a principios de esta semana, ya 20 países han demostrado de manera convincente que el aumento de la producción agrícola y la seguridad alimentaria y la protección de los bosques no son mutuamente excluyentes. Si más países siguen este ejemplo, mediante la elaboración de sistemas integrados y equilibrados del uso de la tierra, será una de las acciones importantes que podemos realizar en pro de la mitigación del cambio climático y de la sostenibilidad del planeta.

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