Niños conocieron importancia de la Isla Santay, Humedal Ramsar de Guayaquil
Por conmemorarse el 2 de febrero el Día Mundial de los Humedales, la Subsecretaría de Gestión Marina y Costera (SGMC), y la Empresa Pública de Parques y Espacios Verdes del Ministerio del Ambiente (MAE) realizaron hoy un recorrido con 150 niños de la escuela Bertha Valverde, a la Isla Santay.
Un bus de la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE) recogió al primer grupo de 50 estudiantes en el plantel ubicado en la Coop. Independencia 2 de la Isla Trinitaria y los trasladó hasta el muelle del Yacht Club Naval, en el Malecón Simón Bolívar, en cuyo muelle se embarcaron en dos lanchas que los llevaron a Santay.
Carlos Preciado, de 6to de básica, oprimió sus ojitos al escuchar que subirían a una lancha. Él estaba entusiasmado pero también asustado ya que era la primera vez que viajaría en una embarcación.
El personal del MAE instruyó a los niños para que se coloquen los chalecos salvavidas y que permanezcan en sus asientos, además, se solicitó que ningún desecho sea arrojado al río Guayas, sino colocado en el tacho dentro de la lancha. Desde el zarpe los infantes interactuaron con los guías, quienes les explicaron que los humedales sirven como filtros purificadores del agua y son el hábitat de varias especies de aves, peces, crustáceos, entre otros. Uno de los guías preguntó: ¿Qué es eso que navega en el agua? Y los niños respondieron: una botella plástica!!! “Ese y otros desperdicios son arrojados en el río Guayas y se depositan en los humedales contaminándolos, acabando con el ecosistema y las especies que ahí se reproducen”.
Al llegar al muelle de la Isla Santay los infantes fueron recibidos por los comuneros y guías nativos. En la glorieta la bienvenida la dio el Director de Gestión y Coordinación de la SGMC, Xavier Carchi, quien los instó a observar y hacer preguntas. Para el recorrido por la caminera de la ecoaldea se dividieron a los infantes en dos grupos. Benito Parrales fue el guía de los niños y les mostró a las aves horneros que anidan en el mangle negro que rodea la isla. Ante ello, pidió que las especies no sean tocadas para evitar que las hembras desechen los huevos.
“Estamos sobre este camino porque el agua ingresa a la isla, inundándola, así es aquí y eso permite que el manglar se mantenga y haya muchas especies de peces, cangrejos, hasta cocodrilos”, explicó Benito. Los pequeños vieron al cangrejo violinista, llamado así por tener una tenaza con esa forma, más grande que la otra.
Carchi mencionó que el objetivo de esta actividad es que los estudiantes conozcan la Isla Santay y entiendan la importancia de cuidar este espacio natural, vital para el ciclo del agua dulce, ya que es esta capta y retiene el agua de las lluvias, los sedimentos, que son filtrados lentamente para recargar los acuíferos. A Betzabé Preciado, de 4to año de básica, le gustó ver los patos, los caracoles y la forma en que viven los habitantes de Isla Santay, ya que sus casas están sobre grandes pilares y sus lámparas se prenden con la energía que les da el sol, dijo. Cindy Bone y otras niñas se mostraron sorprendidas al ver el cráneo de un cocodrilo que reposaba en un poste de una de las viviendas de la ecoaldea.
Al final del sendero los alumnos observaron la zona de palmeras en las cuales hay infraestructura de cacha que les permite subir y hacer de esta un mirador. No obstante, el guía del MAE les recordó que toda la vegetación que observan en el alrededor ayudan a retener el carbono, en ella habitan una gran diversidad biológica, siendo de gran importancia socio-cultural para quienes se benefician de sus bondades. Finalmente, los estudiantes vieron que los comuneros de la ecoaldea San Jacinto de Santay viven en un área protegida con el compromiso de cuidarla, cumpliendo con normas ecoamigables con el ambiente.
Esos cuidados son los que también deberán aplicar los turistas que lleguen a la isla, para que la visita genere el menor impacto posible, protegiendo a las especies que ahí habitan o llegan, disponiendo correctamente la basura en las estaciones de reciclaje. Este recorrido se repitió con otros dos grupos de alumnos del mismo plantel, alcanzando los 150 visitantes a este importante humedal de Guayaquil, Durán y sus alrededores.
Sitio Ramsar
La Isla Santay es reconocida como un sitio Ramsar No. 1041, ya que posee los primeros bosques de manglar del inicio del estuario del río Guayas, es un refugio para varias especies de patos, loros y otras aves migratorias incluidas en el libro rojo de aves. Santay es el hábitat de cocodrilos de la costa (Cocodrilus acutus), especie en peligro de extinción, refugio de peces e invertebrados de agua dulce; espacios de manglar, refugio obligado para adultos y estados larvales de varios crustáceos y peces. Este tratado intergubernamental consagra el compromiso del país en mantener las características ecológicas de los 18 humedales que posee el país, los que deben tener un uso racional o uso sostenible.
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