Productores de pequeña escala buscan sus opciones en un mundo globalizado

Jueves, 16 Junio, 2011 - 10:39
Patric Hollenstein

Reportaje publicado en la Revista Equitierra No. 9


¿De qué manera los productores agrícolas de pequeña escala toman decisiones acertadas y escogen las mejores alternativas frente a las oportunidades y riesgos que les presentan los mercados globales? ¿Cómo pueden desarrollar su capacidad de actuar en función de esas decisiones? En otras palabras, ¿cómo construyen empoderamiento y ejercen protagonismo? Son preguntas que están en el centro del Programa Agricultores de Pequeña Escala como Actores en el Mercado Globalizado.

En el marco de los procesos de globalización y las crisis alimentarias de los últimos años, el actual discurso internacional plantea que los productores agrícolas de pequeña escala son un actor clave en la reducción de la pobreza en el área rural y en el logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, un pilar de la seguridad alimentaria global, un nuevo proveedor de productos para las agroempresas y un nuevo mercado para semillas y otros insumos. También se dice que son los guardianes de la biodiversidad y parte de la solución al problema del cambio climático. Además, en muchos casos, son protagonistas centrales de programas impulsados por empresas, ONG y donantes en busca de “negocios inclusivos”.

Pero, ¿qué voz y voto tienen los pequeños productores en este panorama? ¿Cómo pueden tomar decisiones informadas y actuar sobre ellas? Ese es el tema que convoca a la Red Global de Aprendizaje del Programa de Conocimientos “Agricultores de Pequeña Escala como actores en el Mercado Globalizado”, creada en abril de 2010 e impulsada por el Instituto Humanístico para la Cooperación con Países en Desarrollo (HIVOS), el Instituto Internacional para el Medio Ambiente y el Desarrollo (IIED), y el Centro de Investigación Mainumby Ñakurutú, de Bolivia, que actúa como coordinador de la red.


Un debate intercontinental renovado

Esta red quiere marcar una diferencia en cómo se tratan los asuntos relacionados con los pequeños productores, poniendo en el centro el concepto de “small producer agency”, que explica Diego Muñoz, director de Mainumby: “No le hemos encontrado una traducción al español, pero se refiere a visualizar al pequeño productor con sus capacidades y protagonismo en el análisis del mercado y del contexto político y económico para tomar sus decisiones, en contraste con la tradicional mirada de asistencialismo al pequeño productor para mejorar su producción o acceder al mercado”.

Por su parte, Bill Vorley, investigador principal del IIED, plantea los desafíos de renovar el debate. “En el plano retórico, hay un fuerte acuerdo sobre la importancia de los pequeños productores, no sólo relacionada con la reducción de la pobreza, sino también por las externalidades positivas asociadas con la agricultura en pequeña escala. Pero en términos de hacia dónde va la agricultura de pequeña escala, la discusión está muy polarizada. ¿Deberían los pequeños agricultores autoalimentarse, y los agricultores a gran escala alimentar al mundo? ¿El futuro de la pequeña agricultura depende de la integración al mercado y de subirse a la ola de la globalización, o de la autonomía y soberanía alimentaria? Por otra parte, el debate está muy distanciado de la mayoría de los pequeños agricultores. La red se propone llevar este debate más allá de las agencias de desarrollo y organizaciones no gubernamentales, e involucrar a los productores y a la gente que trabaja y comercia con ellos, para desafiar constructivamente la sabiduría convencional y hacer un puente entre las ideas y la gente”, señala.

Vorley explica que la globalización de los mercados ha sido más rápida que la globalización del conocimiento. En este contexto, forman parte de la red personas de América Latina, África y Asia, que aportan con las miradas de las distintas regiones. “A través de una red de carácter intercontinental, tenemos la oportunidad de reconocer los retos comunes –tales como las limitaciones de recursos, la brecha entre las intenciones y la práctica de las políticas, la competencia con productos importados, la reestructuración de los mercados de alimentos, el cambio intergeneracional, etc.-, y desarrollar nuevos conocimientos y puntos de vista compartidos, aunque las soluciones deben ser específicas al contexto”, indica.

 

Con distintos sombreros

Además de esta conexión intercontinental, Diego Muñoz destaca la participación en la red de una diversidad de actores: miembros de organizaciones de productores, agronegocios, organismos no gubernamentales, instituciones públicas y redes locales. “Se trata de un mix de actores, porque la incidencia en políticas públicas debe ser de todos ellos”, señala. De hecho, un importante parámetro para invitar a participar en la red era que los miembros se interesasen en incidir en políticas públicas. “Todos estamos aprendiendo las formas de interacción de las distintas culturas institucionales, lo cual permite un análisis de las políticas públicas desde distintos frentes”, agrega.

Y, por supuesto, se buscaba también personas que estuvieran innovando, muchas de las cuales cumplen una diversidad de funciones “con distintos sombreros”. Solo por mencionar un par de ejemplos, está el caso de un líder de una organización de productores de hortalizas en Guatemala, que es también director de una ONG que apoya el fortalecimiento y las capacidades productivas y comerciales de los agricultores de pequeña escala en Centroamérica, y que ofrece asesoría a las organizaciones de agricultores sobre cómo interactuar con el gobierno y otros actores en su país, además de presidir una empresa que exporta hortalizas a Centroamérica, Estados Unidos y Europa. U otro miembro, de la India, presidente de una fundación sin fines de lucro para el desarrollo de habilidades en la juventud rural, con fuerte trayectoria en órganos directivos de importantes empresas de alimentos, y miembro de dos comités nacionales: la Comisión de Planificación de la India y del Grupo de Reformas a la Comercialización Agrícola del Consejo Nacional de Desarrollo. (Ver todos los miembros en folleto de presentación de la red)

En cuanto a la incidencia en políticas, Vorley estima que la red puede hacerlo a través de su trabajo diario y sus actividades de promoción. “Además, cada miembro de la red pertenece a otras redes; esta es una red de redes”, destaca aludiendo a la difusión de las propuestas que se generen.

 

Focos de atención

Con la idea de impulsar procesos de investigación-acción –donde todos los miembros tienen un plan de trabajo en la generación de conocimiento y divulgación–, desde la formación de la red se trabajó en identificar los grandes temas en común que tratarán, cuenta Diego Muñoz, quedando definidos tres: las políticas y los acuerdos comerciales regionales, los arreglos institucionales públicos y privados en las organizaciones de productores y cadenas de valor económico, y los mercados informales (ver recuadro 1). En el segundo encuentro de los miembros de la red, realizado en Uganda en abril pasado, se intercambió sobre los proyectos que profundizarán en estos temas, todos desde la perspectiva de los pequeños productores como actores en el mercado globalizado.

Según Bill Vorley, para la red es muy difícil saber dónde comienza y dónde termina la globalización en el mundo de la producción en pequeña escala: “es, sin duda, mucho más que la exportación de productos de alto valor a los supermercados de Estados Unidos y Europa. Los mercados de tierras se están volviendo cada vez más globalizados. Las actitudes y expectativas de la futura generación de agricultores en pequeña escala están fuertemente influenciadas por la globalización cultural. Y mientras se desarrolla el debate de alto nivel sobre los pequeños agricultores, algunos de ellos están encontrando una voz para dar forma a la modernización y globalización del mercado y defender sus intereses. Algunos están teniendo éxito vinculándose a mercados de alto valor como empresarios, y otros están teniendo éxito fuera del radar de los mercados formales, a través de alianzas económicas informales y redes de comercio alternativas que son anteriores a la era de la globalización”.

Para el directivo del IIED, no hay duda que los acuerdos de comercio regionales y bilaterales le están dando nueva forma a la agricultura y a los mercados de alimentos, y considera que las políticas que protegen a los mercados dominados por la producción en pequeña escala pueden contribuir, por algunos años al menos, a que la transición sea menos dolorosa. Pero destaca que también hay políticas que eliminan las discriminaciones contra los pequeños agricultores. “Un ejemplo de esto es la reciente victoria en Perú con la aprobación en el Congreso de la Ley de Cooperativas, que elimina una seria discriminación fiscal que afectaba a las cooperativas de productores”, indica.

La inclusión del tema de pequeños productores y mercados informales se reconoce como un aporte al programa de los miembros de América del Sur. “Es interesante esta mirada de la informalidad, que es lo que el Estado no considera dentro de la ley y, por lo tanto, para él no existe a menos que se vuelva formal y paguen impuestos. Pero hay un sector informal cada vez más poderoso, que tiene que ver con una lógica que a veces es capitalista, a veces indigenista, otras de solidaridad…”, señala Diego Muñoz. Vorley, por su parte, destaca: “Hay pequeños agricultores y comerciantes que están encontrando diferentes vías de modernización que no implican necesariamente la formalización. La red está decidida a arrojar más luz sobre este fenómeno de gran importancia, pero escasamente comprendido”.

Dentro de este eje temático, el proyecto de Desarrollo Territorial Rural con Identidad Cultural está realizando un estudio en tres países latinoamericanos (ver recuadro 2), liderado por Claudia Ranaboldo. La investigadora destaca la importancia de los mercados locales y nacionales asociados al crecimiento de los consumidores de clases medias urbanas en determinados países, así como de los mercados campesinos vinculados a las ciudades intermedias.

Señala también que es posible observar hoy distintas estrategias de los pequeños productores para acceder a los mercados: “Algunas evidentemente se basan en redes informales tradicionales que pueden ser muy amplias y poderosas, como por ejemplo las asociaciones de productores y comercializadores de carne ubicados en el altiplano aymara de Bolivia. Otras son nuevas y bastante complejas, como las relacionadas con los procesos de obtención de denominaciones de origen e indicaciones geográficas, o de marcas colectivas, y las que valorizan la diversidad biocultural de los productos del territorio, como es el caso de la red de gastronomía en el Perú”. Sostiene que, en su conjunto, esas múltiples estrategias involucran a una importante masa de pequeños productores en Asia, África y América Latina. “No estamos hablando de un fenómeno residual, étnico, estancado, sino de realidades respecto a las cuales es importante indagar sobre el grado real de inclusión y autonomía de los pequeños productores.

 

Recuadro 1

Tres temas globales que abordará la Red de Aprendizaje

1. Políticas, acuerdos comerciales regionales y los agricultores de pequeña escala. Los acuerdos comerciales regionales y bilaterales cumplen un papel importante en la organización y regulación de la agricultura y en la identificación de objetivos para el sector y la alimentación. La liberalización del comercio genera oportunidades para las exportaciones, pero también riesgos de perder mercados nacionales por la competencia de las importaciones. Resulta clave cuestionarse: ¿Cuáles son las nuevas políticas que facilitan o impiden a los pequeños productores adoptar una posición y tomar decisiones acertadas para competir en los escenarios regionales y nacionales? ¿Estos acuerdos y políticas regionales coinciden o entran en conflicto con las políticas o programas nacionales y/o regionales existentes? ¿Qué nivel de participación se concede a las organizaciones de pequeños productores –o logran ellas tener– en la formulación de políticas?

2. Modalidades institucionales públicas y privadas que promueven el protagonismo de los pequeños productores en sus organizaciones económicas y cadenas de valor. Uno de los principales factores en la reconfiguración de los mercados de alimentos ha sido la expansión de cadenas de valor que vinculan a los productores con mercados nacionales o internacionales de alto valor. Esto ha significado enfrentarse a nuevos requisitos y presiones provenientes de distintos mercados, inversionistas, normas, procesos de certificación y otros actores externos. Cabe preguntarse: ¿Cómo los productores de pequeña escala pueden conseguir mejores condiciones y resistir frente a la volatilidad y las incertidumincertidumbres del mercado? ¿Qué modalidades institucionales en cooperativas, asociaciones de productores y cadenas de valor se están promoviendo, reconfigurando o cuestionando como factor que permite a los pequeños productores competir? ¿Quiénes son los nuevos intermediarios entre los pequeños productores y los mercados, y cómo fortalecen la capacidad de los productores de tomar decisiones acertadas? ¿Qué factores aseguran sostenibilidad para ingresar y tener éxito en nuevos mercados cuando las instituciones de apoyo se retiran?

3. Mercados informales. Se abordan aquí “los otros mercados”, aquellos que tienen como base redes familiares, étnicas o culturales, y donde la capacidad emprendedora de los productores de pequeña escala combina estrategias formales e informales para competir en mercados locales, regionales y a veces internacionales. Preguntas claves en este campo son: ¿Cómo el creciente proceso de urbanización y expansión de los mercados nacionales, sean mercados tradicionales al aire libre o supermercados modernos, afecta o beneficia a estos productores de pequeña escala? ¿De qué manera los actores informales y las redes familiares/culturales manejan las nuevas reglas y logran competir en los mercados nacionales e internacionales? ¿Cuáles son sus posibilidades en materia de productos con indicaciones geográficas y, más en general, de origen territorial/cultural independientemente de su certificación? ¿Qué factores facilitan o impiden la formalización de la producción y las relaciones comerciales? ¿Qué resultados tiene la formalización de productores de pequeña escala?

 

Recuadro 2

Participación de Rimisp

Como miembro de la Red de Aprendizaje, la coordinadora del proyecto “Desarrollo Territorial Rural con Identidad Cultural”, de Rimisp, lleva adelante con dos jóvenes investigadoras (Natalia Soto y Andrea Benedetto) la investigación “Productores de pequeña escala, productos y servicios con origen territorial/cultural: el valor de la diferencia en los mercados globalizados”. Este trabajo se está desarrollando en tres países: En Perú se estudia el caso del territorio Moche en la costa norte, analizando la relación entre la pequeña agricultura y el boom gastronómico peruano como un fenómeno clave de las actuales dinámicas económicas del país. En Argentina se considerarán los esfuerzos en torno a las indicaciones geográficas como forma de proteger y potenciar un producto y la comunidad que lo respalda, con el caso de Colonia Caroya en Córdoba con su particular salame, analizando el entorno de políticas que pueden favorecer este tipo de procesos tanto a nivel nacional (como las marcas colectivas vinculadas al impulso de la economía social) como a nivel subregional (a través de los campos de interés de la REAF-Red Especializada de Agricultura Familiar). En Bolivia se tomará la experiencia en Tarija de la Cadena de Uvas, Vinos y Singanis -aglutinadora de empresarios pequeños, medianos y grandes- y sus esfuerzos por la creación del “Cluster Gourmet” del Valle Central, incluyendo a productores de pequeña escala de vino, miel, quesos de cabra, jamones curados y productos hortofrutícolas.

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