Proponen un Plan de Contingencia para la caída de cenizas volcánicas

Miércoles, 29 Mayo, 2013 - 15:23

Por Fundación Agreste, corresponsal de InfoAndina

 

Ante la intensa actividad del volcán Copahue, que determinó una declaración de alerta roja por parte de los gobiernos de la Provincia de Neuquén y de Chile, la Diputada argentina Olga Guzmán por el Movimiento Popular Neuquino (MPN) presentó un Proyecto de Ley para crear un Plan Nacional de Contingencia para la Argentina ante la caída de cenizas volcánicas.

 

La iniciativa pone de relieve la necesidad de que, en el marco del Sistema Federal de Emergencias (SIFEM), se diseñe un protocolo de acción, de manera coordinada entre la Dirección Nacional de Protección Civil, las provincias y municipios en riesgo por actividad volcánica, para llevar adelante medidas preventivas, tareas durante el hecho y con posterioridad a él, de modo de mitigar los efectos de un eventual desastre natural.

 

Al respecto, la legisladora señaló que “el Plan podría ser de gran utilidad para unificar y eficientizar, por ejemplo, los grandes esfuerzos que realizan, tanto la Nación, como la Provincia de Neuquén y los municipios del interior de la misma, por limitar los perjuicios que causa la caída de cenizas volcánicas en localidades y poblados neuquinos.”

 

Motiva esta iniciativa la sucesión de hechos naturales de gravedad asociados a la actividad sísmica de volcanes, especialmente circunscriptos a la zona andina patagónica, que han dado como resultado la caída de abundantes cantidades de cenizas que afectaron sustancialmente la vida y las economías regionales de las zonas afectadas.  A la erupción del volcán Hudson en el año 1991, que perjudicó severamente a las poblaciones de Perito Moreno y Los Antiguos (Provincia de Santa Cruz), se sumaron otras de similar importancia, como las del volcán Copahue en 2000, el Llaima y el Chaitén en 2008, el Puyehue-Cordón Caulle en 2011, y la actual del Copahue.

 

Entre los fundamentos del proyecto de Ley la Diputada Nacional explica que la Cordillera de los Andes registra la presencia de innumerables volcanes activos, cuya erupción es verdaderamente problemática para las poblaciones aledañas, en tanto los vientos provenientes del Pacífico transportan las cenizas volcánicas hacia gran parte del territorio argentino.

 

Los efectos de las cenizas sobre la salud y la vida social en general pueden ser muy perjudiciales, y se dividen en diversas categorías: efectos respiratorios (irritación nasal y descarga, irritación de garganta y ardor, algunas veces acompañado con tos seca, bronquitis severa en personas con malestares de pecho preexistentes, dificultades para respirar normalmente); síntomas oculares (picazón, sangrado o dolencias en los ojos, secreción pegajosa o lagrimeo, ulcera de córnea o lesiones cortantes, conjuntivitis aguda o inflamación del saco conjuntival, que rodea el globo ocular debido a la presencia de cenizas, lo que provoca enrojecimiento, ardor de ojos y fotosensibilidad); irritación cutánea (irritación y enrojecimiento de la piel, dermatitis con proceso inflamatorios, descamación, infecciones secundarias por rascado); y efectos indirectos (dificultades en el normal abastecimiento de agua potable, inhabilitación temporaria de sistemas sanitarios, riesgo de hundimiento de techos, reducción de la visibilidad, interrupciones del suministro eléctrico, efectos psicológicos negativos, cobertura de las pasturas que constituyen alimento para el ganado, o de las cosechas).

 

Esas dificultades, que perturban a su vez el normal funcionamiento de la provisión de servicios básicos, el equilibrio de las economías regionales y las condiciones de habitabilidad de las zonas afectadas por la caída de cenizas volcánicas, generan situaciones de caos, estrés y desesperanza en las poblaciones que las experimentan.

 

En tanto se trata de desastres naturales que suelen ocurrir con cierta periodicidad en algunas regiones del país, es clave la disposición de medidas preventivas y proactivas, enmarcadas en un protocolo de acción, con el objeto de mitigar los efectos de la problemática de forma organizada, coordinada y eficiente.

 

La Nación cuenta con un Sistema Federal de Emergencias (SIFEM) aplicable a tales efectos desde el año 1999, el cual tiene por función articular los organismos públicos nacionales competentes y coordinar su accionar con las provincias, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y los municipios, para prevenir y gerenciar eficientemente la atención de las emergencias o desastres naturales o antrópicos. 

 

Ello comporta una ventaja para la elaboración de un Plan Nacional de Contingencia por caída de Cenizas Volcánicas, en tanto se trata de una tarea que requiere un foro verdaderamente participativo de carácter federal, lo cual se encontraría integrado dentro de las acciones del Sistema Federal de Emergencias.

 

La Diputada también propone la convocatoria a organismos entendidos en el tema, tales como el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), la Administración de Parques Nacionales (APN), INVAP S.E., el Grupo de Estudio y Seguimiento de Volcanes Activos de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires , el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), entre otras.

 

Fuente: Angostura Digital

 

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