La riqueza del Proyecto Páramo Andino

Viernes, 18 Noviembre, 2011 - 14:41
Foto: MIP

Nota enviada por el Mecanismo de Información de Páramos (MIP)


La semana pasada se realizó, en Conocoto y Quito, el Encuentro "Puentes entre Alturas", el evento de sitematización del Proyecto Páramo Andino (PPA). Patricio Crespo cuenta, desde su experiencia como sistematizador regional de esta iniciativa, cuáles son los elementos comunes y diferentes en el accionar del PPA en Colombia, Ecuador, Venezuela y Perú, y lo que sigue en materia de trabajo en páramos, tomando como base su legado.


¿Qué aspectos comunes encontraste en la implementación de este proyecto en los cuatro países?
Pese a la gran diversidad que es una de las características del PPA y que le da su riqueza, existen muchos elementos comunes que hay que valorar. Entre esos, por ejemplo, el enfoque de partida: el páramo es más que un ecosistema importante para los Andes… es un ecosistema estratégico. También la función hídrica de los páramos, como reguladores, es algo que atraviesa el trabajo del PPA en los cuatro países.


Y en cuánto a la forma de trabajar, ¿qué es lo común?
En el enfoque estratégico-metodológico del proyecto se encuentra la gestión social de los páramos. Es decir, que los páramos son territorios habitados y que, por lo tanto, todo tipo de estrategia de manejo, conservación y aprovechamiento, debe partir de la gente y hacerse con la gente, respetando sus normas, sus organizaciones y sus formas de ver el territorio, y afianzando la identidad territorial y cultural.


¿Qué diferencias hay entre países, con respecto al trabajo del PPA?
Hay muchas diferencias entre cada sitio, entre cada país, entre cada institución coordinadora nacional y en los socios locales. Esto es lo que le da el carácter especial al PPA. Las instituciones tienen sus propios enfoques, fortalezas, debilidades, sumado ello a que en cada sitio hay un tipo de trabajo distinto por hacer.

 

Solo un ejemplo: en Venezuela, el acompañamiento por parte del ICAE a las comunidades ha sido personal, casi intimista. Hemos visto una relación muy cercana con la gente, con estrategias que han incorporado lo que llama Henriette Arreaza (responsable de educación no formal) como la “pedagogía del arte”. Son cambios tan profundos los que se han promovido con el arte en Mixteque, Gavidia e incluso Tuñame, que constituyen toda una experiencia para los cuatro países.


¿Y en los otros países?
Por ejemplo, en Ecuador, el sitio La Esperanza tuvo un trabajo de muy buen nivel en términos de apropiación social por parte de la comuna, así como una gran cantidad de iniciativas para vincularse a nuevos proyectos y conseguir recursos. Sus líderes se han promovido incluso fuera de la comuna, gracias al trabajo de la Fundación Altrópico, en el marco del PPA.

 

En Colombia, el caso de Belmira es impresionante, donde el trabajo de Corantioquia, una corporación autónoma regional (CAR) que ha puesto fondos de contraparte probablemente mayores a los que dispuso el PPA para ese sitio. Allí se han desarrollado una serie de trabajos en alianza con la RECAB para promover fincas agroecológicas, así como toda la línea de educación y comunicación muy potente.

 

Por otro lado, en Perú, Piura era una ciudad rodeada de desiertos que desconocía completamente sus Andes y que tenía más bien una visión excluyente sobre ellos. Esta era su realidad hace ocho años, y ahora hasta los políticos priorizan el tema de los páramos, porque saben que son absolutamente estratégicos para el agua de Piura.


Como sistematizador, ¿qué cree que deberían hacer ahora todos los actores interesados en la conservación y el desarrollo sostenible de estos ecosistemas, partiendo de lo que les ha dejado este proyecto?

Hay varias dinámicas, algunas más problemáticas que otras. Una muy importante es la reconstitución de una plataforma regional que defienda el tema de los páramos de los cuatro países. Existe interés de las instituciones involucradas en seguir siendo contactadas. Habría que buscar formas que garanticen la continuidad de los intercambios y la incidencia política a nivel regional. Incluso podría pensarse en revivir un grupo internacional de trabajo en páramos.

 

En los niveles nacionales, el escenario es mucho más optimista, porque hay nuevos proyectos, hay instituciones consolidadas y equipos de trabajo, pero sobretodo hay comunidades de usuarios de páramos que han aprendido una serie de métodos y técnicas, antes exclusivas de biólogos y ecólogos, que les permiten un mayor conocimiento de sus páramos, plasmados en sus planes de manejo y en sus ejercicios de zonificación de sus territorios.

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